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Lazos con la sociedad

Los niños toman la base Conde de Gazola

El Ejército abre las puertas del acuartelamiento para mostrar el trabajo de los militares destinados en la provincia y algunos de los materiales con los que operan con motivo del Día de las Fuerzas Armadas.

Los más pequeños disfrutaron subiéndose a los grandes vehículos del Ejército. JESÚS F. SALVADORES

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León

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A. Calvo | León

«¡Aquí, aquí!, ¡vamos!, ¡corred, corred!», gritaba una niña a un grupo que la seguía por el patio de armas de la Base Conde de Gazola para poder ser los primeros en subirse a un vehículo medicalizado del Regimiento de Artillería de Campaña, el Raca. Ayer, con motivo del Día de las Fuerzas Armadas, la base del Ejército de Tierra de Ferral del Bernesga abrió sus puertas y los niños fueron los verdaderos protagonistas de la jornada, en la que pudieron subirse a las pieza de artillería autopropulsada y ponerse los cascos y las boinas, observar los vehículos de la Unidad Militar de Emergencias, acercarse a los drones del Grosa y del Gail y comparar su altura con los obuses.

Raúl Rivas, de 4 años, acudió a ver dónde trabaja uno de sus tíos. «Estamos viendo los perros, que obedecen y ayudan al rescate de la gente», comentó nervioso con el apoyo de su padre mientras observaba la exhibición del grupo canino de la UME, aunque lo que más le gustó fueron los cañones. Miguel Sánchez llevó a su compañera de clase Daniela Prieto a la Base Conde de Gazola, donde trabaja su padre. A ella sí que le gustaron los perros «porque no se apartan nunca de su guía». El hermano de Miguel, Manuel, ya con 11 años, explicó que «las Fuerzas Armadas sirven para protegernos, pero yo prefiero ser arqueólogo», aunque le encantaron los drones con los que trabajan dos de las unidades con sede en la base de Ferral del Bernesga.

«La jornada de puertas abiertas es para que la ciudadanía pueda conocer y acercarse a las Fuerzas Armadas», explicó el comandante Trevín de la Unidad Militar de Emergencias. Su unidad, montó una tirolina entre dos de sus vehículos en la que los pequeños hacían cola para subirse, como si se tratase de un rescate real. También simularon una de estas actuaciones los miembros del Greim de la Guardia Civil, que se sumaron a la jornada en Conde de Gazola. Los pequeños también se quedaron boquiabiertos con las demostraciones de los GRS con dos vehículos, en las que simulaban «atrapar a un malo», como comentó uno de los pequeños desde los asientos del patio de armas.

El dron Searcher del Grosa y el Tucán y el Atlantis del Gail, el vehículo 8x8 de la UME, las piezas de artillería autopropulsadas del Raca, los motores de los aviones con los que se forman los cadetes y damas de la Academia Básica del Aire, los obuses, las motos, los radares, la estación total Leica —que sirve para levantamientos fotográficos— o el sistema de localización por sonido son algunos de los materiales y las piezas con las que trabajan y entrenan a diario los 1.400 soldados que trabajan en la Base Conde de Gazola, repartidos entre las dependencias del Mando de Artillería de Campaña, el Grosa, la UME o la Unidad de Servicios de la Base (Usba).