Baños mixtos y libertad en la vestimenta para favorecer la identidad sexual en los colegios

A. Calvo | León

Los colegios, tanto públicos como concertados, deberán dar un paso al frente para garantizar la identidad sexual de sus alumnos. Baños mixtos, libertad en el uso de la vestimenta con la que el alumno o alumna se sientan identificados así como llamarles por el nombre acorde a su identidad de género son sólo algunas de las medidas organizativas que deberán afrontar según indica el Protocolo de atención educativa y acompañamiento al alumnado en situación de transexualidad y alumnado con expresión de género no normativa que ha desarrollado la Consejería de Educación y que pretende ponerlo en práctica de forma experimental hasta enero de 2019 en varios centros de la comunidad autónoma en todos los niveles, etapas, grados y modalidad de enseñanza.

«La identidad sexual puede ser ya estable desde la primera infancia, por tanto, es posible que en esta etapa pueda darse una identidad o expresión de género no acorde al sexo asignado al nacer, lo que se conoce como transexualidad o identidad transgénero». Bajo esta premisa, el protocolo elaborado por la consejería de Fernando Rey apunta que es «imprescindible» abordar estas situaciones en el ámbito escolar porque pueden generar «situaciones de especial vulnerabilidad, problemas de integración o de rechazo».

Para evitar que un alumno o alumna se sienta desplazado por su identidad, los centros no deberán realizar actividades diferenciadas por sexo y sí adecuar la documentación administrativa con el género con el que el alumno se sienta identificado —aunque en el expediente oficial se mantenga el nombre administrativo hasta que se realice el cambio en el registro— y preparar a su clase para la acogida con su actual identidad. Todo ello forma parte de las medidas organizativas que deberán desarrollar los centros sufragados con fondos públicos.

En el ámbito puramente educativo, «para que la inclusión del alumnado sea una realidad», los colegios deberán recoger en sus documentos de centro la identidad o expresión de género no normativa, medidas de intervención ante conductas de discriminación en el Plan de Convivencia, contar con materiales que promuevan el respeto y la protección de estos alumnos, además de formación del profesorado y del personal no docente y actuaciones de información y sensibilización como medidas que prevengan la discriminación.

El protocolo también tiene en cuenta cómo interactuar con las familias en caso de que éstas no estén de acuerdo con la nueva situación planteada. En ese caso, desde el centro educativo «se actuará atendiendo el interés superior del menor» y el equipo directivo y el de orientación «mantendrán abierta la comunicación con la familia para realizar un acompañamiento de la transición que ha de llevar a cabo» a fin de que sus progenitores puedan «entender, asumir y gestionar la situación». Si es el centro el que no lleva a cabo las medidas solicitadas por la familia para favorecer la integración del alumno, deberán dirigirse directamente a la Dirección Provincial de Educación.

El protocolo elaborado por el departamento de Fernando Rey se integrará en el debate de mañana en el pleno de las Cortes de Castilla y León al estar incluido en la Ley de igualdad social de la diversidad sexual y de género y de políticas públicas contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género de la comunidad de Castilla y León, que presentaron Podemos, el PSOE, Ciudadanos y el Grupo Mixto. Para que salga adelante será precisa la abstención de los populares. Una vez que la iniciativa de educación supere los trámites burocráticos, el planteamiento de la consejería es ponerlo en práctica en algunos centros —que determinarán las direcciones provinciales— a partir de septiembre para, poco a poco, ir aplicándolo en todos los colegios, de Infantil y Primaria, y los institutos y los centros de Formación Profesional «de forma definitiva y de obligado cumplimiento» en 2019.