Diario de León

Vestas ya no garantiza la continuidad de la planta más allá de finales de este año

Los trabajadores se concentran con bocinas y consignas ante la Junta para exigir que medie ante la multinacional.

Los trabajadores leoneses de Vestas se concentraron ante la sede de la Junta para intentar evitar el cierre de cuatro de sus siete líneas de producción. CARLOS S. CAMPILLO

Los trabajadores leoneses de Vestas se concentraron ante la sede de la Junta para intentar evitar el cierre de cuatro de sus siete líneas de producción. CARLOS S. CAMPILLO

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Rubén Vega
León

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El presidente del comité de empresa de Vestas, Juan Francisco García, anunció ayer que la dirección de la compañía solo garantiza el empleo en la fábrica de Villadangos del Páramo «hasta diciembre de 2018». La multinacional, que exporta aerogenerados eólicos valorados en 425 millones de euros anuales, pretende deslocalizar su planta de producción en León a tierras asiáticas alegando una reducción de gastos. Eso supondría reducir una plantilla de unos 360 trabajadores a una «cifra residual» de 60 empleos, tal y como aventuró García. Los trabajadores con contratos temporales serán desligados de la cadena de montaje a finales del mes, recalcó. La estrategia de la dirección de Vestas no busca cerrar la fábrica de Villadangos del Páramo por completo, pero sí suprimir cinco de sus siete líneas de producción y dejar así una pequeña parte del espacio para posibles nuevos contratos.

Casi 200 trabajadores se concentraron ayer frente a la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León. El ruido de las bocinas, los gritos con consignas como «nosotros producimos, nosotros decidimos» y el estallido de petardos fueron la música de una tensionada protesta.

La actuación más esperada de la cita fue la reunión datada a las 13:30 horas con el delegado de la Junta, Guillermo García, y que se retrasó a las 14 horas. Antes de proceder al encuentro se manifestó, micrófono en mano, ante todos los trabajadores que le escuchaban en silencio. Expresó que existe «mala fe por parte de la dirección por no facilitar datos que tenían desde hace mucho tiempo». Durante sus siete minutos de declaraciones denunció la situación expresando el deseo «de proteger la industria y sus puestos de trabajo». Al término de esta liberó una paloma como acto reivindicativo y, al mismo tiempo, símil del deseo de negociar una condición favorable para los obreros con contrato fijo que serán despedidos de su puesto si la multinacional no rectifica.

A través de un comunicado del delegado de la Junta se calificó la reunión de «cordial». Tanto García, del comité de empresa, como los responsables sindicales que acudieron a la cita hicieron hincapié en que, más allá de los trabajadores, la decisión de la multinacional «va a perjudicar a numerosas empresas leonesas». En ese sentido, solicitaron que se trasladase el conocimiento de esta situación al presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera. Otro punto que denunciaron los trabajadores fue el ejercicio de «prácticas antilaborales» pese al «aprovechamiento de las ayudas públicas».

Y recordaron el despido «inmediato e injustificado» de 54 compañeros de la planta de Villafranca del Penedés.

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