La plantilla de San Marcos espera una garantía para la segunda fase de obras
El edificio de nueva planta no dispone de ninguna dotación presupuestaria para su ejecución.
L. urdiales | león
Los empleados de San Marcos siguen si poder digerir la inquietud que manifiestan en torno al futuro de la reforma del Parador; desconfían del avance de la segunda fase, que se suponía ya en trámite a estas alturas de año, con el Parador de León cerrado desde hace ocho meses. No hay avances en torno al proceso administrativo para asegurar la financiación que necesita esa intervención de la que debe resultar un edificio de nueva construcción, que dimensionará la oferta turística y hotelera acorde al nivel de excelencia que mostró Paradores en León hasta el cierre de puertas del hostal. Hace falta un movimiento a nivel presupuestario que despeje las dudas que no ha dejado de mostrar la plantilla desde el mismo momento en el que el proceso entró en rehabilitación. Los más de cien trabajadores del hostal se mantienen en proceso de regulación temporal de empleo desde el pasado mes de febrero, después de ajustar con la empresa los términos legales que amparan casi dos años de inactividad obligada por la rehabilitación o reconstrucción del hostal.
Ya en ese momento de dar el visto bueno al expediente ofrecido por la dirección de Paradores, los trabajadores dejaron entrever una dosis de desasosiego ante la falta de novedades con el avance de la segunda fase prevista para la renovación del parador de la capital leonesa. Sabedores de que el nuevo espacio que aún está por determinar y sin base ni previsión de ejecución de obra ni fuente de financiación es el mejor o único salvoconducto que tienen para asegurar la actividad más allá de marzo de 2020, límite fijado para la rehabilitación y reforma que comprende la primera fase del nuevo Parador: 52 habitaciones en la zona histórica, más la estructura para servicios de restauración.
El segundo ciclo de la rehabilitación aglutina el grueso de lo que se supone la próxima actividad que le espera al Parador en su nueva etapa: 180 habitaciones y una docena de salones para convenciones y congresos; un nuevo restaurante, spa y piscina. Turismo de congresos, oferta para celebraciones y ceremonias. Toda esta oferta se reserva para el edificio de nueva planta sobre el que la plantilla espera alguna señal; el cambio de gobierno ha servido para agitar esta incertidumbre que ya fue acentuada en la asamblea que selló el acuerdo sobre la regulación de empleo, el pasado mes de febrero. Algunos mensajes del ejecutivo central que remarcan que se respetarán los acuerdos presupuestarios adoptados por el anterior Gobierno no contribuyen a tranquilizar las dudas.
Tampoco las nuevas fechas que se meten en danza para ajustar el final de la primera fase: el verano de 2019.