Disponían de cerca de 2,5 millones de fotos y vídeos

Los registros concluyeron con la intervención de once ordenadores portátiles, veintitrés teléfonos móviles, cuatro tablets, once discos duros externos, siete pendrives y cinco tarjetas de memoria de gran capacidad.

Agentes especializados tuvieron que analizar un enorme volumen de datos -16 Terabytes-, además de salvar medidas de seguridad que los detenidos utilizaban para tratar de ocultar su actividad, tales como el uso de sofisticados programas de encriptación o software específico de eliminación de contenidos. Todo ello arrojó como resultado la localización de unos 2.400.000 archivos multimedia de pornografía infantil.

Interpol y Europol coordinaron el operativo, a la vista de la magnitud de las intervenciones que exigió la operación. Los juzgados de los partidos judiciales a los que correspondían actuaron de forma paralela también para posibilitar las órdenes de registro de los domicilios correspondientes, de tal forma que se pudo llevar a cabo la actuación de forma coordinada.