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López Benito dimite para mantener a Silván y frena el apoyo de Cs a la moción de censura

El alcalde evita por ahora el golpe de la oposición al convencer a Ciudadanos con una comisión de investigación.

José María López Benito anunció a las dos de la tarde su dimisión durante una breve comparecencia.

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León

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dl | león

El alcalde de León, Antonio Silván, eludió ayer la moción de censura que pendía sobre él y que parecía un hecho, al convencer a Ciudadanos con la creación de una comisión de investigación para esclarecer las conversaciones reveladas por la operación Enredadera. No fue una concesión gratuita. La formación naranja exigió al PP que sacrificara a uno de sus tenientes de alcalde: José María López Benito, por constar como investigado en el caso.

Ciudadanos dio 24 horas de plazo. Sobraron 21, porque el concejal anunció su dimisión tres horas después de lo que consideró un ultimátum. Y lo hizo tras una dilatada trayectoria política de casi cuatro décadas, en aras «de la estabilidad del Ayuntamiento», ya que no confía en el tripartito que formarían parte de los firmantes de la posible moción: el PSOE, León Despierta y León en Común.

Diez promueve una moción contra el alcalde. RAMIRO.

Villarroel valorará las medidas de su grupo. RAMIRO.

López Benito, que ya había renunciado a sus cargos como responsable de Deportes y de Infraestructuras la pasada semana, afirmó en su despedida pública que no podía convertirse «en la coartada de Ciudadanos para apoyar la moción de censura». Su dimisión vino avalada después de hablar con el regidor y con el presidente provincial del partido, Juan Martínez Majo, «pensando en los ciudadanos, en el bien del PP y en mis compañeros». Ahora se centrará en su vida personal, señaló, y en la declaración ante el juez del día 11 de septiembre, en la que espera demostrar que nunca facilitó información privilegiada.

La película de la jornada municipal había arrancado con el denominado pleno de las explicaciones. Una sesión de dos horas en la que se preveía que Antonio Silván aclarara las conversaciones que constan en el sumario y que, según explicó reiteradamente, no han supuesto su imputación o que estuviera investigado. Las enmarcó en su labor diaria y en su estilo al afrontar su responsabilidad como alcalde, que es la de hablar. «Y lo he hecho con miles de personas, desde vecinos a empresarios de todos los ramos, editores, colectivos sociales..., y siempre desde el principio de la legalidad y persiguiendo el interés general», dijo.

El PSOE le replicó que «su tiempo se ha acabado». Lo acusó de usar el puesto para su promoción personal y consideró un «insulto» que Silván no respondiera a la batería de preguntas que le formularon. «Quiere hacer ver que ahí no ha pasado nada y elude sus responsabilidades», aseguró el portavoz, José Antonio Diez. El alcalde reconoció que su estado de ánimo, ante el revuelo en el Consistorio, era de «sorpresa», pidió perdón a los leoneses a los que sus grabaciones hubieran causado «desasosiego» y explicó que «era difícil defenderse de algo cuando uno no ha sido acusado de nada». Silván usó de escudero al portavoz Fernando Salguero, que recurrió al ventilador para acusar uno a uno al resto de grupos políticos de tener ejemplos en sus partidos de posibles casos de corrupción. «En León se quiere rizar el rizo. En una cacería sin parangón, algunos quieren llevar (a Silván) a la hoguera, los mismos que hace pocos meses presumían del afecto del empresario investigado, acudían a sus fiestas y empujaban para salir en la foto». Salguero defendió que la conducta del regidor era «intachable», y el alcalde, visiblemente emocionado, decía que no había cometido ninguna ilegalidad, que comparecía para defender su «integridad y su honorabilidad». «Si es necesario se lo digo uno a uno a los leoneses, mirándoles a la cara», afirmó.

La portavoz de Ciudadanos, Gemma Villarroel, admitió que eran «bonitas palabras, pero poco prácticas, porque no ha respondido a las preguntas de si favoreció a algún empresario o está a las órdenes de alguien que no sean los leoneses». Ciudadanos, cuyos votos, al menos uno, es clave para que prosperara la moción de censura, no entró a valorar la dimisión de López Benito. Mantiene el plazo de 24 horas para valorar qué medidas adopta el grupo y acepta la comisión de investigación (fórmula adoptada ya en Villaquilambre), aunque «elegiremos un formato para que no se pueda esconder como hoy y veremos quién la preside».

El alcalde insistió en la honorabilidad de sus actuaciones, principios morales que aprendió de niño, dijo. RAMIRO.

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