León es la quinta provincia de España con más coches camuflados de la DGT

L. urdiales | león

Uno de los dispositivos más eficaces entre los que ha desplegado la DGT para velar por el cumplimiento de las normas de circulación está en el parque de vehículos camuflados; así se localiza una de las principales fuentes de emisión de sanciones motivadas por infracción de la ley de seguridad en el tráfico; el territorio leonés también es líder en el conjunto del país en esta dotación. Sólo hay cinco provincias en España con mayor número de este tipo de unidades que son un arma encubierta en el plan de control de la circulación; y de los excesos de los conductores al volante. La Dirección General de Tráfico hace circular este verano a veintiuna unidades que disimulan su función bajo una matrícula corriente, una puesta en escena encubierta que al final termina por facilitar su objetivo de sorprender al infractor. No hay rotativos ni rótulos bajo una apariencia de modelo y color recurrentes. León suma de esta manera una relación de coches camuflados que supera a la que la DGT maneja para controlar las vías interurbanas en Barcelona, Valencia, Alicante, Vizcaya o Pontevedra, con más población y mayor densidad de tráfico en sus vías; por este instrumento de control, León es la quinta provincia española en el ránking, según la relación que da a conocer la red Social Drive, que localiza en Cantabria (con 23), Madrid (26) Asturias y Sevilla (28) y La Coruña (30) mayor presencia de vehículos camuflados de los que puede haber asignados a la red viaria leonesa.

Entre ellos, el modelo preponderante resulta el Renault Laguna; Social Drive distingue actividad de cuatro unidades de este calibre (dos de color dorado, uno granate y otro más de color negro) en León; destaca en la relación asignada a León la presencia de dos modelos de Citröen C4 (ambos de color gris oscuro) y dos C5, de esta misma marca francesa; uno de color gris oscuro y otro gris plata. El inventario de los camuflados en circulación por las carreteras leonesas incluye un Renault Megáne azul oscuro y otro de color gris clásico; un Peugeot 5008 gris oscuro; dos 407, uno negro y otro gris; Toyota Avensis; Opel Astra azul; Focus corto, gris antracita; Qashaqai gris oscuro y otro de color blanco, un Fiat Croma, gris oscuro, y un Seat Exeo, negro.

La ubicación de estos puntos rotatorios para el control del tráfico se sujeta también dentro de trazados que pueden tener la calificación de alto riesgo de accidente en el criterio que aplica la Dirección General de Tráfico para evaluar el ránking de vías por el prisma de la seguridad.

Más de la mitad de las posiciones fugaces que emplean los agentes de tráfico para ubicar los radares fijos en las carreteras de la provincia leonesa se localizan en vías de la red secundaria, con menor aforo, menos densidad de circulación y demanda de circulación más limitada; una circunstancia que abunda en desmitificar el objeto recaudador del emplazamiento de los controles de velocidad. La disposición de la vigilancia tiene poco que ver con la geografía o latitud del vial; tampoco parece que incida demasiado el estado del firme para definir el mapa de vigilancia de puntos móviles o en circulación. La norma general para el despliegue de estos dispositivos es la prevención del exceso de velocidad en trechos en los que se han producido siniestros, en la mayoría de los casos con resultado de víctimas mortales, en los que la investigación posterior pudo determinar la que causa del accidente tuvo efecto directo en una velocidad excesiva o por encima de los límites permitidos. Esa es la norma general para colocar el rádar móvil, que portan algunos de estos 21 camuflados.