Los talleres clandestinos se duplican en dos años y dan empleo a un 10% del sector
Los negocios legales exigen a la Administración que «actúe de oficio» ante lo que supone un «riesgo para la seguridad vial».
Un mecánico, trabajando en la reparación de un vehículo en uno de los talleres colegiados que existen en la provincia. ANA F. BARREDO
A. Calvo | León
Los talleres de reparación de vehículos dan trabajo actualmente en la provincia a tres millares de personas, aunque el sector emplea a otras 300 más que lo hacen en los talleres ilegales. Así lo denuncia la Asociación de Talleres de Reparación de la provincia, que eleva actualmente el número de negocios clandestinos a los 200, cuando hace tan sólo dos años rozaban el centenar. «Los hay que son ilegales totalmente y también los que trabajan en el sector y por las tardes lo hacen en locales o en sus cocheras», explica el portavoz de la asociación, Ramón Marinelli, quien destaca que las reparaciones que se realizan en estos talleres ilegales no cumplen con las medidas de seguridad y suponen un riesgo para los propios conductores de estos vehículos y para la seguridad vial en general.
«La Administración tiene muchos localizados y debería actuar de oficio», incide Marinelli, quien explica que es fácil seguir la pista a estos mecánicos que no están dados de alta en el IAE, pero que en todas las tiendas de recambios y en los centros de descontaminación (los antiguos desguaces) tienen perfectamente identificados, porque además, en algunos casos, son sus principales clientes «y aunque deberían hacer facturas no las hacen, es un verdadero círculo vicioso».
Denuncias
Dar facilidades para que se puedan denunciar estos casos es otra de las reclamaciones de los talleres colegiados, que extienden esta posibilidad a otros sectores afectados por la clandestinidad y el intrusismo. De hecho, aunque hace dos años se había detectado un centenar, desde la asociación indican que el resto de los talleres ilegales detectados han ido aflorando porque su cautela se ha ido relajando y cada vez actúan con menos precaución.
«Esas reparaciones no están realizadas adecuadamente, con lo que suponen un riesgo», incide Ramón Marinelli, a lo que se suma las condiciones en precario con la que trabajan los 300 empleados de estos talleres clandestinos que se esconden en cocheras, locales o naves que no cuentan con todos los medios necesarios y, en muchos casos, las piezas con las que trabajan tampoco cumplen con todos los requisitos de seguridad. Una de las características, y que también ayudaría a su detección, es que no trabajan en los horarios habituales, si no que abren sólo por las tardes, los fines de semana o incluso en horario nocturno.
El portavoz de la Asociación de Talleres de Reparación de la provincia de León destaca que actualmente «la carga de trabajo es baja y la mayor parte de las reparaciones que se realizan son las que denominamos conflictivas, es decir, que se emplean muchas horas para detectar dónde está la avería, aunque después tan sólo se pueda facturar un 10% del trabajo realizado», explica Ramón Marinelli. El trabajo en los talleres, según comenta el portavoz de la asociación, empezó a bajar con la llegada de la crisis económica, tanto a nivel de compra como de reparaciones. Los talleres ilegales han existido siempre, aunque han florecido exponencialmente con la crisis económica.
«Ahora, aunque la economía haya mejorado, no hay repunte, porque las costumbres han cambiado y el que comenzó a acudir a los talleres ilegales continúa haciéndolo», explica Ramón Marinelli, quien reclama la intervención de la Administración para que se ponga coto a los talleres que trabajan ilegalmente.