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Las fichas de Cuelgamuros sólo ponen nombre a los restos de veinte leoneses

No hay constancia documental de que en el Valle reposen cuerpos de republicanos de León.

Valle de los Caídos

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León

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cristina fanjul | león

Franco tuvo que esperar hasta 1959 para que comenzaran los traslados de los cuerpos rumbo a Cuelgamuros. En esa localidad de Madrid se desarrollaron durante 18 años los trabajos —en muchos casos forzados— para convertir un valle, que en lo sucesivo se conocería como ‘de los caídos’, en la mayor fosa común de España. De hecho, en la cripta custodiada por los benedictinos reposan 33.833 ‘huéspedes’.

El apellido con el que el régimen intituló este gran osario —De los caídos— ha sido la baza del Gobierno para cerrar de manera definitiva las heridas de la Guerra Civil mediante la eventual exhumación del cadáver del dictador de la basílica. El decreto llevará a la definitiva exhumación de Francisco Franco antes de Año Nuevo y se hará precisamente porque el dictador no fue una víctima de la contienda.

Las fosas leonesas

Los muertos leoneses cooperaron para ‘llenar’ las criptas de ese ingente mausoleo que el franquismo vendió como el Arlington español pero que en realidad se convirtió en un monumento a los vencedores de la guerra.

Y es que ese fue el propósito desde el principio. No podría haber sido de otra manera si se analiza la estrategia que la dictadura utilizó para ‘darle vida’. A la utilización de mano de obra casi esclava — a través del Sistema de Redención de Penas— se une el hecho de que los cuerpos de republicanos se llevaron al valle ‘con nocturnidad y alevosía’, sin avisar a las familias, introduciéndoles en fosas y sin registros de entrada.

¿Qué ocurrió, en cambio, con las víctimas nacionales? El régimen, a través del Ministerio de la Gobernación, dio traslado a los Gobiernos civiles de todas las provincias con el fin de que investigaran qué ‘héroes y mártires’ podrían ser enterrados en su cripta. Fue sólo a continuación que comenzaron a exhumar a los ‘rojos’ con el fin de que, como vendía la propaganda, el Valle de los caídos se convirtiera en un lugar ‘neutral’.

En el Valle reposan al menos los restos de 20 leoneses. Las fichas, que están disponibles en el fichero de Cuelgamuros, son los de Enrique de Celis Díez, Ramón Mosquera Pal, Miguel Vázquez Pousada, Julio García Rouco, Antonio Cortiña Otero, José Pernas Reigosa, Ildefonso Álvarez Díez, José González López, Manuel Menéndez González, Raimundo Vilar Lombardero, Laureano Prado Pérez. Mateo Sánchez Tejerina, Francisco Espino Pérez, Daniel Avelaira Castro, Jaime Álvarez Fernández, José Berrocal Carlier, Licinio Pérez Martínez, Eduardo Fierro Prieto, Valentín Porras González y Juan Sancho Burriel. Todos ellos son muertos del bando nacional. La constatación está en las fichas realizadas por el Gobierno Civil para su traslado. Lo certifica Silvia Navarro, representante de la Asociación Pro Exhumación de los Republicanos del Valle de los Caídos, que explica que los Libros de Registro e Inhumaciones de Cuelgamuros tan sólo certifican la existencia en la cripta de veinte muertos de León. Es decir, de momento no hay ni rastro de muertos republicanos. «Suele ocurrir con estos represaliados. Sus familiares no saben que están en el Valle de los Caídos porque proceden de fosas comunes y sus familias no fueron ni avisadas ni sus permisos, recabados para realizar tales traslados».

Ayuntamiento a ayuntamiento

Silvia Navarro añade que la única manera de comprobar si hay restos del bando de los vencidos en Cuelgamuros es ir ayuntamiento por ayuntamiento. «Tendríamos que pedir los registros de entrada y salida de correspondencia para establecer si hubo más traslados de personas sin identificar», advierte. Tan sólo el nombre de un posible republicano se ha encontrado en las fichas del Archivo de Pares del Ministerio de Cultura. En él aparece un nombre que aparentemente debió luchar en el bando de la República. En vida, respondió al nombre de Francisco Espino Pérez. Sin embargo, no figura su lugar de nacimiento ni ninguna nota que indique de dónde procedía, dónde vivía o viven a día de hoy sus familiares.

Hay nada menos que 12.410 cuerpos sin identificar y las asociaciones de víctimas creen que esos son precisamente los restos de los republicanos. Silvia Navarro visitó el osario en septiembre de 2010 y recalca que se encuentran en el tercer nivel de la cripta.