Tres años de liquidación que dejan la planta

Apenas queda el edificio, cuyo silo de grandes dimensiones se alza en el alto del polígono de Trobajo del Camino como muestra de la importancia que tuvo la empresa leonesa. La venta de los derechos suponen la liquidación casi definitiva de Everest. Las máquinas ya fueron vendidas casi al comienzo y al mobiliario y los libros que había impresos se les dio salida de manera progresiva por parte de la administración concursal, que hace un año descartaba la venta de la planta. El proceso está marcado por la responsabilidad de los propietarios, como reflejó la sentencia del Juzgado de lo Mercantil, ratificada por la Audiencia Provincial. El fallo, pendiente del recurso en el Supremo, condena a los hermanos Miguel y Alberto López Varela como culpables de la situación, así como de devolver 13,3 millones de euros «indebidamente obtenidos de la caja de la concursada».