El cierre de la planta y la pérdida de los empleos se mantienen encima de la mesa
Fuentes sindicales insistieron anoche en que, tras la reunión mantenida en Industria, no existe ningún preacuerdo con la dirección de Vestas, y que el cierre de la planta y la pérdida de los empleos se mantienen encima de la mesa. Aunque no se cierran a seguir negociando, como señaló también ayer el viceconsejero de Economía de la Junta: «El principio de acuerdo es que vamos a seguir negociando todas las partes». Martín Tobalina insistió en que la Junta no admitirá una propuesta que sólo contemple que Vestas traerá «una inversión a León. Tiene que haber una garantía real de la empresa de llevar a Villadangos una actividad industrial, sea de su empresa o de otra, que genere el mismo número de trabajos que ella destruye unilateralmente».
Lo que parece claro es que las propuestas sobre las que se debatió ayer durante horas, y sobre las que el Gobierno consideraba que podía haber un acuerdo, están muy lejos de las pretensiones de los trabajadores de Vestas. El debate se centró en las posibilidades de reindustrialización de Villadangos tras la marcha de la multinacional eólica; pero la empresa ratificó su intención de cesar totalmente su actividad en la fábrica y deshacerse de todos los trabajadores.
Una reunión que los sindicatos calificaron como «tensa», en la que el compromiso de mantener las instalaciones actuales en condiciones óptimas durante todo el próximo año fue considerado claramente insuficiente. Raúl Blanco señaló que la voluntad del Gobierno es que «la capacidad industrial actual sea aprovechada», así como el empleo actual, por otros inversores. Las preferencias del Ejecutivo es que estos sean «del entorno de las renovables».