El Consejo de Ministros deberá decidir si avala los cambios del proyecto del INSS

Los dos actas con dictamen «desfavorable» no se levantarán porque sí. La recepción formal de las obras de la nueva sede del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) están ahora encima de la mesa del Consejo de Ministros. Será el órgano ejecutivo quien debe decidir si «convalida estas deficiencias que según la intervención existen o podrán pronunciarse sobre que no existe», como apuntó la directora provincial, Margarita Santos, quien incidió en que el problema surge porque «no hubo fiscalización previa» de las modificaciones. A pesar de que el documento expedido por la intervención general de la Seguridad Social y el arquitecto técnico de la Delegación de Economía y Hacienda reflejan, en su informe, que «se ha constatado que se certificaron durante la ejecución de las obras partidas no ejecutadas o ejecutadas por un importe diferente al realmente ejecutado», la responsable del organismo público defendió que «en la mayoría de las cosas se han mejorado» los materiales y calidades utilizadas, de acuerdo al dictamen de «la dirección facultativa y del «arquitecto interno».

Santos explicó que fue la dirección facultativa, llevada por Acciona, quien aprobó los cambios que llevó a cabo la empresa Vialterra, adjudicataria de las obras tras presentar una oferta de 9.921.519,33 euros, un 61,23% por debajo de los 25,67 millones de euros del tipo de licitación. «Pero como tenemos el acta en el que se reflejan esos defectos, con los que no estamos de acuerdo pero que están ahí, todo va a ir a convalidación del Consejo de Ministros», insistió la directora provincial, quien insistió en que «tanto el arquitecto de la dirección facultativa» como el suyo «consideran que no hay modificación alguna, sino que está dentro del margen de lo que se puede hacer».

Como ejemplo, la directora provincial del INSS citó la variación en la fachada, que «mejora el edificio», puesto que en el proyecto se disponía que hubiera «piedra caliza de 28 milímetros y se ha puso piedra dura de 3 centímetros». No entró en que se colocara un mármol de calidad inferior en los baños, ni en la reducción de los paneles solares, ni el cambio de la puerta corredera automática por una de doble hoja, ni en que apareciera una lámpara de diseño en el vestíbulo que no venía en los planos. Pero Santos, que tomó posesión el 30 de junio y se encontró con toda la obra hecha, sí que recalcó que la dirección facultativa había decidido que «si había una partida mejorable debía hacerse».

Sobre la valoración de los cambios, Santos apuntó que «al final de toda obra hay una certificación en la que es donde se suma y se resta y queda lo que hay que liquidar a favor o en contra». Pese a reconocer el «acta negativa», la directora subrayó que «no implica que haya peligro para las personas, sino que hay defectos procedimentales o administrativos» y defendió «la necesidad de la ocupación por razones excepcionales de interés público». Esta motivación hace que estos días se complete la mudanza y que el martes se puedan abrir la nueva sede tras 10 años de retrasos.