COMIENZO DEL CURSO
La Universidad blinda el campus y las novatadas se desvían a la ciudad
Baños de huevo o harina y disfraces protagonizan la jornada de bienvenida a la vida universitaria
Los jóvenes se concentraron en la explanada ubicada detrás de la Emilio Hurtado, que se extiende hasta el colegio La Palomera. DL
Cinco agentes de seguridad blindaron a partir de las 22.00 horas el Campus de Vegazana para evitar que los alumnos celebraran las novatadas. Ante la imposibilidad de realizarlas en el entorno de las facultades, los jóvenes se trasladaron a la explanada situada detrás de la Residencia Universitaria Emilio Hurtado, que acaba justo a la entrada del colegio de La Palomera. La vicerrectora de Estudiantes, Ana García Pérez, destacó que todo parecía indicar que el jueves —inicio de curso y buen tiempo— era propicio para celebrar botellones y novatadas y que la Universidad quiso prevenir todo ello, por lo que a partir de las 17.00 horas se sumaron dos guardas de seguridad al habitual y que el efectivo se reforzó con otros dos agentes a partir de las 22.00 horas.
El defensor de la Comunidad Universitaria, Paulino Pardo, volvió a recordar el mensaje que lanzó la primera semana de curso, incidiendo en que ningún acto «puede atentar contra la dignidad de los demás», remarcando: «Es una tema casi cultural, una excusa más para la fiesta, que incluye bromas y novatadas, y que muchos ven como normal».
Tanto la vicerrectora como el defensor de la Comunidad Universitaria destacan «la mala imagen» que dan las novatadas. «Es algo lamentable, pero no como universitarios, como juventud», añadió Ana García Pérez. Con la negativa de la Universidad las novatadas se han desplazado al barrio de La Palomera y al resto de la ciudad, donde durante los últimos días ha sido habitual ver a jóvenes disfrazados y haciendo pruebas. «Fuera del campus, ¿quién se hace cargo de ellos?», preguntó Paulino Pardo, haciendo hincapié en que existe cierta «connivencia».
Lanzamientos de huevo y harina, bailes o disfraces son algunos de los elementos a los que se enfrentaron los alumnos de primer curso en la Universidad el jueves. De momento, no ha habido graves altercados, como destacaron desde la Universidad, aunque las consecuencias de la fiesta eran patentes ayer por la mañana, cuando a la entrada del colegio se podían observar los restos del botellón: bolsas de plástico y botellas tiradas por el suelo, que recogieron los servicios de limpieza.