Ya no vale tener poca potencia
Enfrentarse a la factura de la luz a final de cada mes constituye un mal trago para algunas economías domésticas. Muchas de ellas verán, además, ahora esfumarse el bono social, ya que en las nuevas directrices desaparece la posibilidad de acceder a esta ayuda por tener poca potencia. El 75% de los actuales beneficiarios poseen el bono por ese concepto, aunque no tuviera mucho que ver con la pobreza energética. Ello supondrá un ahorro a las eléctricas, a las que se reclama que lo reviertan en una rebaja del término fijo. Quién haya bajado la potencia a 2,3 kilowatios y no le salten los plomos, seguirá ahorrando aunque pierda el bono. El bono social actual ha sido un buena excusa para descubrir que se estaba pagando más potencia de la necesaria. La tarifa regulada (PVPC) seguirá siendo de las más baratas aunque sea sin el bono social. Pero la diferencia con otras tarifas de pequeñas comercializadoras de mercado libre será mínima.
La normativa del bono social también limita los kilowatios que se subvencionarán.