El niño presentaba más fracturas y tenía otros cuatro hematomas

Entre la nómina de testigos citados a declarar, figuran los médicos del Complejo Asistencial Universitario de León que prestaron la primera atención sanitaria al pequeño y que se dieron cuenta de que había sospechas de que se tratase de un accidente no involuntario.

Además de la parte superior del brazo derecho, el bebé presentaba fracturas en el cúbito del brazo izquierdo. Tuvo que permanecer ingresado en la planta de Pediatría durante algo más de una semana, si bien para la curación total de sus heridas necesitó más de 100 días de tratamiento.

Lo que declararán los doctores es que después de haber realizado una primera exploración, se dieron cuenta de que las lesiones tenían aspecto de haber sido provocadas por el lanzamiento contra la bañera de forma premeditada, aunque la defensa de los sospechosos entiende que hay elementos suficientes como para demostrar que no se produjeron los hechos tal y como los relata la Fiscalía.

El menor se encuentra en la actualidad bajo la tutela de la abuela paterna, si bien la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León sigue la evolución de su crecimiento. El niño, en la actualidad, tiene ya tres años de edad. Por razones lógicas, no se informa en la actualidad de las cuestiones referentes a la víctima en su condición de menor.