El Corredor Atlántico denuncia la falta de implicación política y empresarial
Las asociaciones del Noroeste se unen desde hoy para sumar fuerza en las patronales nacionales.
m. j. muñiz | león
Tiene un recorrido temporal más corto, pero también un apoyo en las altas instancias políticas y empresariales sensiblemente más menguado. Los encuentros convocados el pasado mes de septiembre en apoyo tanto al Corredor Atlántico como al Mediterráneo han puesto en evidencia el respaldo con el que cuenta cada iniciativa, y la diferencia es significativa. El 18 de septiembre, a la convocatoria del corredor del Noroeste, no acudió el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, pero tampoco ninguno de los presidentes autonómicos implicados en el proyecto: ni Juan Vicente Herrera, ni Javier Fernández ni Alberto Núñez Feijoó. En el plano empresarial el respaldo al más alto nivel fue nulo: no acudió ninguno de los presidentes de Cámara España, el Círculo de Economía, la Ceoe ni Cepyme. Que sin embargo hicieron piña el 27 de septiembre en Valencia en la convocatoria del Corredor Mediterráneo, a la que sí asistió el ministro Ábalos (que ratificó el compromiso de concluir en tres años la ejecución de los 23.363 millones de euros de las obras comprometidas, de las que quedan 9.000 pendientes). Y los presidentes de Valencia y Murcia, aunque no estuvieron presentes los de Cataluña y Andalucía. Además de algunos de los empresarios más poderosos del país, como los presidentes de CaixaBank, Sabadell o Mercadona.
La reacción empresarial para apoyar el proyecto del Corredor Atlántico se materializa hoy en Oviedo, con la firma de un acuerdo entre las organizaciones patronales de León, las cuatro provincias gallegas, Asturias, Zamora y Salamanca. Se trata, según explica el presidente de la Federación Leonesa de Empresarios (Fele), Javier Cepedano, de sumar toda la fuerza del Noroeste para defender una postura única y solidaria ante las patronales nacionales.
Los territorios tienen en común, además de la defensa de las inversiones en el Corredor Atlántico y los ramales que deben integrar a la zona Noroeste del país en las vías logísticas y de comunicación europeas, la reivindicación de una financiación autonómica que potencie sus debilitadas economías. A mayores, la exigencia de hacer frente a la pérdida demográfica, la despoblación de buena parte de sus territorios y las repercusiones de la transición energética en sus economías.