León tapará en una semana los restos de San Pelayo para urbanizar el yacimiento

álvaro caballero | león

Los nuevos restos del primer asentamiento romano, que dieron origen a la ciudad de León, se taparán. Será «de forma temporal», como justificaron ayer las concejalas de Urbanismo y Patrimonio, Ana Franco y Margarita Torres, quienes insistieron en que se hará con cuidado para «protegerlos» y, después, «cuando se haga el estudio completo de la zona», volver a desenterrarlos para «hacerlos visibles». No fijaron plazos, porque «la premura es el peor de los consejeros para la conservación», Ni tampoco financiación, dado que «mientras no se sepa cuánto y para qué es absurdo». Ni siquiera si ya cuentan con el compromiso de otras instituciones para financiarlo, aunque «por parte de la Junta» el consistorio «siempre» ha contado «con su apoyo y hay una sinergia perfecta» y el Estado «tiene que estar por la importancia del campamento». Pero sí que insistieron en que el enterramiento «será temporal».

Esa «es la clave», como remarcó Torres. Aunque, de momento, la actuación más inmediata será terminar la urbanización de la calle y la plaza de San Pelayo. La empresa adjudicataria d el proyecto tendrá que asumir los dictados del plan validado por la Comisión de Patrimonio de la Junta para «preservar los restos». Esta intervención pasará, como describió Franco, por «echar una capa de arena para no dañarlos, taparlos con una capa de geotextil y después una grava fina para protegerlos»; la misma solución que ejecutó el Ayuntamiento de León para el vicus de Puente Castro, donde la concejala de Patrimonio avanzó que «habrá novedades», pero sin desvelarlas.

Estos trabajos llevarán «una semana», como concedió la concejala de Urbanismo, quien reseñó que el Ayuntamiento comunicará hoy mismo a la Junta la resolución para poder comenzar. Una vez resuelta la «conservación de los restos» mediante la actuación indicada, la empresa adjudicataria podrá continuar con la intervención, que se prevé que esté terminada en todo caso antes de final de octubre; cinco meses después de que comenzaran los trabajos a primeros de junio.

Con las redes de saneamiento y abastecimiento ya ejecutadas y tan sólo a la espera de meter la acometida de las líneas eléctricas, el remate dejará la urbanización con piedra en las bandas peatonales y adoquín de hormigón en la calzada, aunque las dos partes al mismo nivel. La actuación permitirá que el espacio tenga la misma imagen que el resto del entorno calles del casco histórico y dejará por delante, ya para el próximo año, hacer lo mismo en Pablo Flórez y Serradores, las otras dos únicas calles que falta por acondicionar en todo el conjunto de la ciudad antigua. Franco defendió que con la solución adoptada «se salvan los restos, como reconoce la Comisión de Patrimonio en su escrito», y justificó que «el Ayuntamiento ha querido conservar y mantener, cómo no, pero también modernizar y rehabilitar el casco antiguo». Con el argumento de «garantizar la accesibilidad», Torres apostilló que «hace 2.000 años había romanos, pero ahora hay leoneses que tienen que hacer vida normal» y justificó que «hasta que no se tenga el informe entero de todo lo que ha aparecido la mejor de las opciones» es cubrir los hallazgos arqueológicos.