Diario de León

«Los acuerdos salariales tendrían que ser entre empresa y trabajador»

El CEL señala la capitalidad gastronómica y la unidad en la Cámara como modelos de colaboración.

El presidente del CEL repasó la situación de la economía leonesa, y los principales retos que tiene que enfrentar. RAMIRO

El presidente del CEL repasó la situación de la economía leonesa, y los principales retos que tiene que enfrentar. RAMIRO

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maría j. muñiz | león

Los datos macroeconómicos que indican una mejora de la situación de las empresas no llegan a las micropymes leonesas, ni a los bolsillos de los trabajadores. «Los empresarios de León defendemos la moderación salarial, porque eso implica que la mejora de la situación puede traducirse en creación de empleo; y que los incrementos salariales se fijen en función de los aumentos de productividad en las empresas. Los sueldos tienen que estar vinculados a estas mejoras, no puede generalizarse la situación. De hecho las estadísticas de la Agencia Tributaria muestran que sólo un 42% de las empresas han salido realmente de la crisis, las otras siguen en pérdidas, hay que ser conscientes de esta situación a la hora de exigir incrementos de sueldo por sectores. Por eso los acuerdos salariales tendrían que producirse entre empresa y trabajadores».

Fue una de las posturas defendidas ayer por el presidente del Círculo Empresarial Leonés (CEL), Julio Álvarez, durante su intervención en las jornadas sobre la economía leonesa que organiza Diario de León en el Club de Prensa. Álvarez repasó las principales cifras de la economía y la empresa locales, para defender la necesidad de promover todos los niveles educativos, de fomentar el emprendimiento y la importancia de las empresas, y de dotar de valor social la figura del empresario. «Es necesario aceptar el fracaso como parte de la actividad emprendedora, y para exigir responsabilidad social antes hay que prestigiar la figura del empresario».

El presidente del CEL matizó también que, aunque al empresario leonés se le suele calificar de conservador, poco arriesgado e individualista, «hay ejemplos de que algunas cosas están empezando a hacerse bien. Por ejemplo, con el apoyo de más de 300 empresarios a la capitalidad gastronómica, o de una candidatura única en la que están representados todos los sectores para trabajar en común en la Cámara de Comercio, después de casi 20 años de división».

Álvarez lamentó que el emprendedor se encuentre con la existencia de demasiadas normas que afectan a su proyecto, «tantas como autonomías, cuando todos somos un mismo país»; y criticó también una «política fiscal agresiva y las pocas facilidades que se dan para la innovación».

Defendió también la necesidad de establecer estrategias, tanto de país como de Comunidad y de provincia, que fijen «qué sectores queremos que sean la base económica del futuro, estableciendo planes para que se desarrollen. Si hubiéramos hecho esto antes, seguramente la realidad de la minería no sería la que es hoy». Estrategias que, insistió, tienen que estar consensuadas entre todas las fuerzas políticas, económicas y sociales.

El presidente del CEL abogó por una mayor flexibilización del mercado laboral y una rebaja de las cotizaciones sociales, además de una reducción de la excesiva burocracia a la hora de crear y gestionar a las empresas.

Por lo que se refiere a las infraestructuras, Julio Álvarez defendió la importancia del Corredor Atlántico, «una oportunidad única para León, que puede unirnos con Europa». Lamentó sin embargo que Torneros siga siendo un proyecto después de once años de debate. «Sigue siendo un erial, algo incomprensible cuando es un nudo logístico imprescindible. Hoy la intermodalidad es lo único que tiene futuro y que va a conseguir ayudas europeas».

El presidente de la asociación se refirió también a la necesidad de llevar la digitalización al mundo rural como única fórmula de asentar actividad económica y por tanto población; e hizo un llamamiento a establecer políticas que permitan que «el talento leonés fugado quiera volver a trabajar en y por León».

Defendió por último un pacto por la educación, y que esta se adapte a las necesidades de las empresas y del tejido productivo. «Eso no ocurre ahora». También abogó por prestigiar la formación profesional, porque la empleabilidad que se logra es mucho mayor.

«León no puede esperar, como ha hecho muchas veces, que nos quejemos y otros vengan a solucionarnos la papeleta», concluyó el presidente del CEL.

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