Referencia de las aspiraciones de León hace medio siglo
Clesa fue un faro para orientar la incursión de León en la industria agroalimentaria, en aquella senda de aprovechar los recursos, el valor añadido. El milagro de la leche forma parte de la historia de éxito de una factoría, también patrimonio industrial en los pasos que dio la ciudad camino de las áreas industriales, que llegó a rozar los trescientos empleados en la tarea de transformar hasta 50.000 litros en cada jornada, aportados desde la producción diaria de seiscientas explotaciones lecheras leonesas. Clesa fue referente hasta en el declive, que se acentuó de forma paulatina con la adquisición del grupo por el italiano Parmalat. Los recortes de plantilla sólo fueron un preludio de un final traumático para la actividad, que convirtió este recinto fabril de los márgenes de la carretera de Zamora en otro desierto industrial de los que jalonan varios puntos de la provincia leonesa. No por eso, se mezcló en la generalidad; antes y después de la quiebra, el espacio industrial que iluminaba de noche el destello rojo, distintivo de la compañía, fue apetecido por otros empeños empresariales; algunos, del mismo sector de transformación láctea. No cuajó nada. La fábrica de Trobajo del Cerecedo ha tenido que esperar más de una década para volver a ver vida en el interior.