Andalucía y Extremadura se alían con el Corredor Atlántico

a. g. Puente | redacción

Nueva alianza en defensa del Corredor Atlántico, un eje estratégico en el transporte de mercancías por ferrocarril —en el diseño de los grandes itinerarios por tren en el ámbito de la Unión Europea—, en el que León reivindica su posición clave en el cuadrante noroeste de la Península Ibérica. Los consejos económicos y sociales de Castilla y León, Galicia, Extremadura y Andalucía firman hoy en Salamanca un protocolo de colaboración y de relaciones institucionales con el fin de trazar líneas de actuación conjuntas entre territorios con objetivos coincidentes, entre ellos el Corredor Atlántico. También pretenden reforzar su papel como espacios vecinos de Portugal, con el que mantienen una intensa relación económica, social y cultural: un potencial de desarrollo conjunto que estas autonomías españolas quieren relanzar.

La alianza se suma a la que abrió el camino y que fue rubricada en su día por organizaciones empresariales de León, Asturias y Galicia, como primer paso en esta lucha conjunta, para reivindicar este eje logístico ferroviario y potenciar así el desarrollo del cuadrante noroeste del país, en una lucha en la que también las administraciones autonómicas de estos territorios han iniciado una batalla en la Unión Europea y ante el propio Gobierno español para no perder la pugna en el tráfico de mercancías, frente a las aspiraciones y consolidación del Corredor Mediterráneo.

La reclamación del Corredor Atlántico ha unido, además, al noroeste del país a través de un lobby empresarial que a principios de este mes unió en la capital del Principado a las patronales de León, Asturias, Galicia (A Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra), Zamora y Salamanca en el ya conocido como Pacto de Oviedo: ocho provincias juntas para exigir inversiones y revertir así su endémico déficit en infraestructuras, declive económico y demográfico y aislamiento.

Se trata de un territorio extenso que aglutina al 10% de la población de España, supone el 9% del PIB nacional y el 9,5% del empleo, además de constituir la cuarta unidad territorial más potente. Su déficit en infraestructuras, en el conjunto de las ocho provincias, suma 4.000 millones de euros, según refleja la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan) en su informe Análisis de la inversión en infraestructuras prioritarias en España. Prácticamente el 70% del contingente que debería ser invertido en esta zona del país, algo más de 2.600 millones, corresponde a León, como uno de los ejes principales que vertebran la conexión con el resto de los integrantes del noroeste.

El documento refleja una larga lista de necesidades en nuevas vías de comunicación —por tren y carretera— vitales para las aspiraciones de que este territorio sea el alma del Corredor Atlántico. Las infraestructuras pendientes resultan cruciales para posicionar al noroeste en el futuro tablero del transporte de mercancías del tren frente a la ya buena situación del Corredor Mediterráneo. Y en la batalla que ambos dirimen por liderar el peso del negocio de la logística por ferrocarril en los flujos de entrada y salida al resto de los países de la UE, el AVE juega un papel trascendental.

De las ocho provincias del noroeste del país, únicamente León cuenta con conexión de alta velocidad en la línea hacia Madrid, mientras Galicia y Asturias aguardan aún su enlace con la capital de España. También Zamora dispone de la línea de alta velocidad, pero sólo puede ser utilizada por trenes Alvia.

La presencia hoy en Salamanca del Consejo Económico y Social de Andalucía, una de las comunidades autónomas pilares del Corredor Mediterráneo, acercará los planteamientos de ambos ejes, una idea que la Junta de Castilla y León lanzó recientemente en Bruselas. En la visita del consejero de Fomento a la capital de la UE, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ligó el desarrollo del Corredor Atlántico a su unión con el del Mediterráneo.

Allí expuso la visión «global, capilar e integradora» que la Junta plantea de lo que debe ser una adecuada definición de las Redes Transeuropeas de Transportes y defendió la necesidad de dotar a los puertos del Atlántico peninsular (Vigo, A Coruña, Oporto y Gijón) de un acceso real al espacio europeo a través de Castilla y León.