flores entre los cipreses
León cuida de que la tierra les sea leve a sus difuntos
Miles de leoneses convierten los camposantos de la provincia en una procesión para honrar la memoria de sus seres queridos y cumplir con el rito anual de la celebración de la festividad de Todos los Santos.
dl | león
La amenaza de la nieve que ya se embosca en la montaña no amilanó ayer a los miles de leoneses acudieron fieles a rendir homenaje a sus difuntos. Los camposantos de la provincia se abrieron para la procesión de los vivos que, cada año por el primero de noviembre, acuden a adecentar los panteones, lustrar las lápidas, depositar un ramo de flores frescas y musitar una oración en voz baja en memoria de los seres queridos a los que el polvo ya le es leve.
La tradición convirtió un año más en punto de encuentro el cementerio de Puente Castro, abierto en el año 1932 y que en la actualidad cuenta con más de 50.000 enterramientos. La afluencia al camposanto hizo que la Policía Local tuviera que poner en marcha un dispositivo especial para regular la circulación y atenuar los efectos de la congestión del tráfico, que durante buena parte de la mañana y primeras horas de la tarde tuvo sus mayores registros. A las entradas se sumaron además los pasajes de los autobuses urbanos que, con una frecuencia de tres cada media hora, trasladaron a los ciudadanos hasta la necrópolis.
En Ponferrada, un dispositivo especial de la Policía Local y servicios directos de los autobuses urbanos ayudaron ayer a miles de ciudadanos a acercarse hasta el cementerio municipal en Santo Tomás de las Ollas para honrar a sus difuntos y reponer las flores que adornan los distintos nichos. Durante todo el día, el trasiego de coches particulares, además, convirtió la carretera de acceso en uno de los lugares de mayor tráfico.