Mastines en libertad en los montes de Laciana: guardianes de su territorio

Si hay un perro vinculado a Laciana es el mastín. Leonés o español, ahí que cada cual le ponga el apellido que desee. El valle agrupa a algunos de los mejores criadores de esta raza autóctona que fue durante siglos el mejor aliado del pastor para cuidar el ganado del ataque  de lobos y osos. Uno de ellos es José Manuel Moncó García, de Villablino, "Mi mayor afición es criar mastines españoles, aquellos perros que desde antaño se dedicaban a cuidar del ganado de nuestros antepasados, así como protegerlos. Desde  muy pequeño soy gran amigo, defensor y admirador de este bello animal", subraya en su particular carta de presentación como criador. 

Tiene en estos momentos más de una decena de ejemplares de pura raza, animales espectaculares que causan sensación cada vez que los saca por los montes de la zona, en plena Cordillera Cantábrica tal y como se pueden apreciar en estas imágenes. Los mastines de la zona se crían en el monte, con el ganado, como hizo esta raza durante cientos de años. No hay trampa ni cartón.

Sus mastines, al igual que el de otros criadores de la zona, son el resultado de un duro esfuerzo en la cría a lo largo de mas de una década. Nuestros mastines conviven en libertad, criados en un ambiente familiar, con todos los cuidados y controles veterinarios necesarios para su buen desarrollo. Nuestro objetivo: la mejora en la cría, perpetuando salud, tipicidad y funcionalidad",asegura. 

Cuando el sustento del valle era la ganadería el mastín era el perro de cada casa. "Es una gran raza -dice convencido- con un carácter adaptativo a cualquier entorno. Su gran nobleza es destacable ante cualquier persona que se le aproxime, a la vez que se muestra expectante con cualquier gesto extraño".