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JUAN CARLOS SUÁREZ-QUIÑONES CONSEJERO DE FOMENTO Y MEDIO AMBIENTE

«La rigidez por dogma no puede impedir soluciones a la convivencia»

LUGAR. Club de Prensa de Diario de León. Gran Vía de San Marcos, 8. Entrada por calle Fajeros. HORA. Hoy, 12.00 horas.

Suárez-Quiñones, juez de profesión, reflexiona hoy sobre las cuatro décadas de la Carta Magna. RAMIRO

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León

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maría carnero | león

Aunque lleva ya casi cuatro años al frente de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones ha dedicado gran parte de su vida profesional al mundo de la judicatura. De hecho, antes de dedicarse a la política como subdelegado del Gobierno en León en 2012, ocupó el cargo de juez decano de León durante una década. Su posición de juez, y su plena actualidad en el panorama político de la comunidad, le convierten en una voz indispensable en las Conversaciones en torno a la Constitución en su 40 aniversario, organizadas por Diario de León, y que hoy contará con la intervención de Suárez-Quiñones, que ofrecerá su visión y sus reflexiones sobre lo que han supuesto estas cuatro décadas de la Carta Magna en España. «La aportación más valiosa de la Constitución es una constatación probada e indiscutible, y es que ha supuesto 40 años de estabilidad y prosperidad de esta nación como nunca había conocido antes», asegura el jurista leonés, que mantiene firmemente que «lo que somos, una sociedad moderna, con standares homologables a los de las naciones más prosperas y de primer nivel mundial, se lo debemos a este marco de convivencia, progreso y libertad que es la Constitución de 1978».

Sobre las soluciones que la Constitución puede aportar a una sociedad tan compleja como la actual, Suárez-Quiñones precisa que «la Carta Magna aporta un marco de valores, principios, derechos, libertades, organización del Estado e Instituciones que es suficiente para dar solución a nuestros problemas, por muy complejas que seas las situaciones» y afirma que «en la Constitución no está todo escrito, pero lo que está es base suficiente para que los responsables públicos y las Instituciones, cada una en su papel, proporcionen esas soluciones».

Consiente de los numerosos cambios que ha sufrido la sociedad española en los últimos cuarenta años, con «nuevas realidades ni siquiera previstas o imaginadas por los constituyentes», el consejero de Fomento y Medio Ambiente considera que «precisamente uno de los valores de nuestra Constitución ha sido sentar unas bases institucionales y un marco jurídico que, en la normalidad del funcionamiento de aquellas, y dentro de la flexibilidad de una interpretación constitucional adaptada a los tiempos en que ha de ser aplicada, hacen que mantenga plenamente su frescura, su valor y siga siendo un instrumento eficaz e imprescindible de prosperidad».

Uno de esos cambios que ha experimentado España, y que más ha cuestionado la reforma constitucional, es la evolución de los nacionalismos y los frustrados proyectos secesionistas como el emprendido en Cataluña.

Para Suárez-Quiñones, el actual marco constitucional plasma un modelo territorial que «ha conllevado unas altísimas cotas de autogobierno, parangonables e incluso superiores a Estados Federales de nuestro entorno». Por eso considera que cualquier modificación al respecto «requerirá que sea absolutamente imprescindible un importante consenso, que sea similar al que dio luz a la propia Carta Magna». De todos modos recuerda que «ya se encarga de ello la propia Constitución en su proceso de reforma regulado en el Título X, sobre la base de que es la soberanía Nacional de todas las españolas y todos los españoles la depositaria de la llave de la reforma».

Sobre las posibles reformas a llevar a cabo, el que fuera Juez Decano de León, considera que «sería adecuado analizar si el Senado tiene que tener un papel distinto al actual que incremente su papel como Cámara de representación territorial». También afirma que «hay que remarcar constitucionalmente de forma expresa el compromiso de nuestra sociedad por la igualdad de género y contra los comportamientos contra la mujer o en su discriminación». En cuanto al modelo territorial, Quiñones es tajante al afirmar que «la rigidez por dogma no puede impedir soluciones a problemas de convivencia».

Como reflexión, el consejero entiende a la Constitución como «el camino por el que todos caminamos juntos, en progreso y bienestar», y estima, como buen consejero de Fomento que es, que «si todos consideramos que en ese camino hay que hacer obras para que podamos andarlo en mejores condiciones, no hay por qué no hacerlas, pero siempre de común acuerdo. Nunca bajo la imposición, la coacción, la decisión unilateral sobre lo que pertenece a todos».

Entre las muchas cualidades que tiene la Carta Magna, y que la hace única respecto a otras constituciones europeas, Suárez-Quiñones entiende que «la integración de la monarquía en el Parlamentarismo democrático, y la consagración de un Estado Social, son dos rasgos muy destacables de una constitución que nació en el año 1978 y que nació, y es lo más destacable, desde un estado autocrático en una modélica transición de renuncias y de compromisos con las miras puestas en el futuro y en el bienestar general que la ha hecho única y ejemplo en el mundo. Un valor que, por cierto, algunos parece que han olvidado o prefieren no recordar, aunque, claro, lo hacen desde una libertad y bienestar que aquél compromiso y pacto social les ha proporcionado», concluye.

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