Diario de León

DÍA PARA LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

Los psicólogos defienden que el 60% de los acusados de maltrato puede reinsertarse

Adavas reclama una asignatura afectivo-sexual en los centros educativos para formar desde niños en valores y en igualdad

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P. INFIESTA | REDACCIÓN
León

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El 60% de los acusados de maltrato podría reinsertarse en la sociedad «y modificar su forma de pensar si se emplea tiempo, dinero, conocimiento y medios para hacer un tratamiento psicológico». Así lo afirma Vicente Martín, vicedecano del Colegio de Psicólogos de Castilla y León, tras 34 años como profesional y después de haber tratado a 6.000 mujeres víctimas de violencia y a más de mil hombres, muchos de ellos, a través del programa Fénix de la Junta para rehabilitar a los agresores.

Martín cree que se están metiendo en el mismo saco muchas patologías, pero hay que analizar que subyace detrás de un maltrato, porque no es lo mismo el que llega a las sesiones por alcohol, drogas, falta de información de que es un delito, celos, esquizofrenia, no controlar sus impulsos o ser paranoide. En ese último caso «no hay nada que hacer. Los llamamos maltratadores, pero son enfermos mentales y deben tomar medicación. Han llegado hasta ahí, porque su problema no se detectó en Atención Primaria, y pueden agredir a su mujer, a su hija, pero seguramente también lo harán con sus vecinos».

Los que mayor éxito alcanzan para no reincidir son los que pensaban que gritar, vejar o llegar a dar un bofetón a las mujeres en una discusión entra dentro de una conducta normal. En el momento en que comprenden que pueden denunciarles e ir 19 meses a la cárcel, «por miedo al proceso judicial, a delinquir, a la prisión, a quedarse sin casa y dinero, sin ver a sus hijos y a su mujer, no vuelven a repetirlo», indica. «Nos decían que era algo que habían visto en sus abuelos, en la sociedad y que era algo normal entre los matrimonios». El que tiene pensamientos celotípicos y la monta un rifirrafe, la sigue y la acosa, porque imagina que le está siendo infiel cada vez que no está localizada... también puede ser reinsertado «con terapia». Es más complicado con quienes padecen trastornos de conducta, que dicen que se les fue la mano y no controlan sus impulsos. «Hay personas que se toman la vida con calma y otros de temperamento inestable, irritable y que saltan. Se puede tratar, pero el resultado varía si aceptan o no lo que indica el terapeuta», aclara. El programa Fénix atendió el año pasado a 57 hombres, tanto en la primera fase de intervención que es de la evaluación funcional y el diagnóstico como en la posterior, centrada en sesiones de tratamiento. En lo que va de año, han pasado 17 nuevos agresores. La rehabilitación de los maltratadores comenzó en 2005 y al principio había numerosos participantes, que con el paso de los años se han reducido.

«Muchas instituciones cuestionan el destino de presupuestos al tratamiento de maltratadores y prefieren que todo el dinero vaya a las víctimas», opina. En cambio, considera que «con cada maltratador reeducado se evitan disgustos, y entre el 60 y el 70% de los maltratadores que pasa por la consulta del psicólogo logra recuperarse o al menos no hay constatada una recaída, agresión o denuncia». Y eso que la complejidad de cada caso se debe abordar en 15 sesiones. Un tiempo en que, a través de entrevistas, deben realizar un análisis topográfico de conducta, un análisis funcional y un relato cronológico integral de todos los hechos para elaborar un informe que se remite a la Dirección General de la Mujer.

El 83% de los maltratadores que pasó por Fénix es español, vive en el ámbito urbano, y posee una edad media de 38 años. El 50% de los agresores está soltero y lleva 10 años de convivencia con su pareja. Además, uno de cada tres es desempleado y dos de cada tres fue denunciado por la víctima. El maltratador accede al programa de atención psicológica como pena sustitutoria a la prisión o por la amenaza de su mujer víctima de violencia de género, que le obliga a participar en Fénix a cambio de no separarse o denunciar. También hay casos en que el abogado le recomienda acudir al psicólogo para entregar al juez un informe que señale que es una persona que «colabora», de cara a un juicio.

Si existen ideas distorsionadas, se emplean métodos que permitan a ese hombre acceder a pensamientos más adecuados, con técnicas como la contra argumentación. En los casos de pérdida de control de impulsos, complejo de inferioridad y celos, se les enseñan estrategias de control pese a que el vicedecano reconoce que es un trastorno muy complicado de abordar. También se incide en habilidades sociales para cambiar un poco la cualidad y la frecuencia de sus interacciones con la mujer y que usen un lenguaje adecuado.

En la actualidad, 51 hombres cumplen condena en la prisión leonesa por delitos de violencia de género y 16 agresores llevan un brazalete de seguimiento, para evitar que se acerquen a las víctimas. En los seis primeros meses del año, se acumulan 495 denuncias. Martín cree que algunos «salen adelante, porque la propia sociedad les condiciona, les ayuda a domarse y a no perder el control». En cambio, no hay solución si el maltratador no está dispuesto a modificar su conducta. «Son los hombres que anticipan que disminuir la violencia contra sus mujeres les resta privilegios». De ahí la importancia de centrarse en la educación en valores de igualdad desde edades tempranas para prevenir la violencia contra la mujer. No en vano, es imposible reeducar a los hombres que no tienen voluntad de cambiar.

Las asociaciones que luchan contra el maltrato, como Adavas, exigen que se implante en los colegios una asignatura afectiva-sexual, «porque hay que deconstruir la cultura imperante, llena de masculinidad y violencia, para educar en una nueva sociedad.

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