Diario de León

OPINIÓN

¡Debilitar al machismo sin demora, ya!

Publicado por
Plataforma contra la Violencia Machista de León
León

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Alguna vez nos preguntamos si estamos conviviendo o podemos convivir con un hombre maltratador o un hombre violador, en algún momento de nuestra vida?. Pues sí, no hay duda, todas las mujeres, sólo por el hecho de ser mujeres, podemos afirmar con rotundidad, que a lo largo de nuestra vida vamos a encontrarnos o a relacionarnos con uno o varios hombres machistas. Podría ser nuestra pareja, nuestro amigo, nuestro hermano, nuestro padre, incluso nuestro propio hijo. Un hombre machista que puede terminar siendo un maltratador, un violador o un asesino.

Por supuesto, no son todos los hombres, pero si son aquellos que con sus actitudes misóginas, a menudo acompañadas de un sesgo clasista y racista, pues no aceptan a las mujeres como seres humanos iguales, los que para doblegarlas usan la sinrazón y la fuerza.

Si no fuera así, ¿Cómo es posible que cuando las mujeres dan por terminada su relación, automáticamente, algunas de ellas, estén ya en peligro de muerte?. Pues como venganza pueden asesinarlas y terminar incluso con la vida de sus propios hijos. ¿Cómo es posible que muchas mujeres tengan que vivir con miradas amenazantes, con muestras de desprecio, con tensión constante que las paraliza y enferma?. ¿Cómo es posible que no podamos caminar por las calles por la noche, sin sentir el miedo pegado al cuerpo, ante el temor a ser asaltadas y violentadas por uno o varios energúmenos? ¿Cómo es posible que, un número nada desdeñable de hombres, en los conflictos bélicos violen y asesinen a las mujeres, cobrándose así el botín de guerra?. ¿Cómo es posible que se trafique con mujeres de los países más pobres ante la demanda de prostitución, cada vez más exigente y sofisticada de un número de hombres que va en aumento?. ¿Cómo se puede explicar la forma de esclavizar los cuerpos de las mujeres, con el argumento de que solo alquilan sus úteros, disociándolo de todo su ser, para satisfacer unos deseos de propiedad de hijos, como si de un derecho se tratase?. ¿Cómo se explica que en muchos ambientes laborales, se enmascaren y roben ideas a las mujeres para mantenerlas en los puestos de inferior categoría que impide que rompamos el techo de cristal y sigamos pegadas al suelo, y que sean además las mujeres quienes tengan los salarios más bajos y precarios?. Como vemos, es imposible abarcar la lista interminable de formas de violencia machista.

Y ahí tenemos, los tribunales de violencia machista, formado por jueces, a veces, lamentablemente, por juezas también, que no creen a las mujeres y que las insultan con sus sentencias y comentarios, desacreditándolas y degradándolas profundamente en su dignidad. A las instituciones públicas que se pierden en la no asunción de su responsabilidad cuando la tragedia se hace patente, y mientras tanto, los Pactos de Estado siguen sin cumplirse. A la sociedad que se rasga las vestiduras porque ha sucedido una cosa tan horrible, como es el asesinato de otra mujer, cada vez con una violencia más brutal,

sórdida y estremecedora, pero que inmediatamente vuelve a su cotidianidad, hasta que sucede de nuevo.

Pues bien, todos esos hombres machistas que nos rodean, forman parte de nuestras vidas, consumen prostitución, practican la venganza y el revanchismo, son miserables robando ideas, son caprichosos cumpliendo sus deseos, son crueles maltratando a las mujeres.

Ante todo este terrorismo, que solo acabará cuando no haya miedo, queda aislarles, hacer que no tengan un espacio entre nuestra sociedad. Queda exigir que se cumpla la ley y las condenas completas, para evitar que reincidan. Queda formar, sensibilizar y exigir a los tribunales, para que ejerzan la justicia sin prejuicios y sin benevolencia ante hechos tan graves. Queda pedir a los educadores y educadoras que se formen y traten en igualdad a niñas y a niños. Y queda sobre todo que las mujeres, sin importar país, etnia, color de piel, condición social, religión y opción sexual, nos unamos en un movimiento mundial y transversal sin posible retroceso.

Hay que debilitar al machismo cambiando mentalidades, para que a su vez cambien las actitudes y los hechos. Hay que transformar las estructuras sociales, que permitan la igualdad real entre mujeres y hombres. Sin ambas transformaciones de forma simultánea, la violencia machista endémica y estructural seguirá campando y aterrorizando la vida de las mujeres, seguirá subordinando a la mitad de la población mundial, perpetuando la pobreza y la desigualdad.

Hay que remover los cimientos del Patriarcado, denunciando, increpando, aislando socialmente a los maltratadores. Mientras ellos se sientan jaleados, aceptados, comprendidos, justificados, bien por convicción por parte de una ciudadanía que los tolera, o bien por miedo, será muy difícil la igualdad entre mujeres y hombres. Proteger y ayudar a las mujeres víctimas de violencia machista es primordial, aislar, denunciar, perseguir y condenar a los maltratadores, violadores y asesinos es vital.

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