inseguridad CIUDADANA
Los vecinos de La Lastra denuncian su desamparo ante una oleada de robos
Los hurtos son una constante desde hace meses y afirman sentirse «tremendamente desprotegidos».
ana gil | león
Los vecinos de La Lastra viven su particular penitencia. En este barrio de la capital se sienten «tremendamente inseguros» y los propios afectados aseguran que, desde hace meses, los robos son el pan nuestro de cada día. «En mi edificio, que tiene 53 viviendas, han robado cuatro veces en cuestión de semanas y en otro que está al lado, seis veces», explica uno de ellos que, aunque a su casa no han entrado, confiesa vivir intranquilo.
«Tengo un bebé y a mi mujer le da miedo quedarse sola en casa con este panorama», apunta. En los comercios de la zona también conocen esta realidad. Bares, cafeterías y otro tipo de establecimientos están en el punto de mira de los cacos y en algunos de ellos por partida doble y hasta triple.
En esta parte del barrio, detrás de la gasolinera que hay junto a Carrefour, cualquiera puede ser víctima de un robo. «La semana pasada, robaron en un coche que estaba estacionado en la calle a plena luz del día». En esa ocasión, se llevaron las llaves del garaje, «con lo que no sabemos qué puede pasar ahora», explican.
Esta situación les ha llevado a presentar al menos dos denuncias en la Comisaría de León y a revisar la seguridad de sus propias viviendas. Algunos han optado por cambiar los bombines de las puertas y otros, por instalar un sistema de vigilancia que ponga freno a la oleada de robos.
«La Policía nos ha dicho que se producen robos todas las noches. Es una situación muy desagradable porque La Lastra está catalogado como ‘zona centro’ con lo que pagamos los mismos impuestos que alguien que vive en el centro, pero nos sentimos desamparados porque nadie hace nada», lamentan.
Los vecinos de La Lastra aprovechan para reivindicar que el barrio está, además, muy descuidado. «Las aceras están llenas de mierda y los jardines, hechos polvo. Por aquí no pasaba ni el barrendero hasta que pusimos varias quejas en el Ayuntamiento. Parecemos tercermundistas. Lo peor son los solares privados, que tienen setos de hasta tres metros de altura», afirman. Según los propios vecinos, aquí las cosas se hacen a golpe de reclamación, «por no hablar de las carreras de coches que hay por las noches».