Diario de León

BEATIFICACIÓN

La Catedral de León celebra el sábado una eucaristía por la beatificación de las misioneras asesinadas: la leonesa Esther Paniagua y su compañera Caridad Álvarez

El obispo de julián López (C) presenta la vigilia de oración y la eucaristía de acción de gracias con motivo de la reciente beatificación de las “Mártires de Argelia”

El obispo de julián López (C) presenta la vigilia de oración y la eucaristía de acción de gracias con motivo de la reciente beatificación de las “Mártires de Argelia”

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M. BADIOLA | LEÓN
León

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 La Catedral de León acogerá el sábado, 15 de diciembre, a partir de las 12.30 horas, una eucaristía de acción de gracias por la reciente beatificación de las hermanas Agustinas Misioneras Esther Paniagua, nacida en Izagre (León) y Caridad Álvarez, procedente de Santa Cruz de Salceda (Burgos), en una celebración que estará presidida por el obispo de León, Julián López.

La eucaristía contará con la participación de representantes de toda la Familia Agustiniana, así como a hermanas de la Congregación de las Agustinas Misioneras procedentes de Brasil, Colombia, Argentina, China, India, Filipinas, Mozambique y Tanzania, y el promotor de la causa de la beatificación, el arzobispo emérito de Argel, Henri Teissier.

Una eucaristía que servirá para celebrar la beatificación de ambas hermanas, que tuvo lugar el asado sábado día 8 de octubre en la Basílica de Santa Cruz de Orán, en Argelia, y que valdrá, como apuntó el obispo de León, Julián López, “de reto y estímulo para la diócesis, de la que se han beatificado a 35 mártires a lo largo del siglo XX” y que reunirá a más de 160 agustinas y a un grupo representativo de agustinos en el año en el que se cumple el 75 aniversario de la presencia de la Congregación en León.

Según explicó la superior provincial de la Provincia de San Agustín, testigo del asesinato y también religiosa leonesa Agustina Misionera, María Jesús Rodríguez, Esther y Caridad fueron asesinadas el 23 de octubre de 1994 en Argelia, donde decidieron quedarse por libre voluntad tras una oleada de crisis “en la que la violencia era algo cotidiano”.

“Esther apoyó su presencia en la persona de Jesús, quien sufrió y murió en la cruz, pero que del suplicio emergió la vida, mientras que Caridad lo hizo en María, cuya fuerza le daba fuerza y le hacía estar dispuesta a seguir y esperar lo dispuesto por el señor”, explicó Rodríguez, quien recordó que “ambas hermanas asesinadas decidieron quedarse ayudando a los más necesitados aún a coste de exponer su propia vida”.

María Jesús Rodríguez se refirió a ambas beatas como “mártires del siglo XX”, que “habían optado por hacer la paz y entregar su vida por hacer una vida más digna y en paz para los demás”.

Será en verano cuanto tanto Izagre como Santa Cruz de Salceda celebren una eucaristía con todo el pueblo y la familia de Esther Paniagua y Caridad Álvarez para celebrar su beatificación.

 

 

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