Cuidar a los demás
«A los alumnos el género les da igual»
En el Ponce de León se cumple la estadística, en su plantilla hay 27 maestras frente a cuatro maestros. Sus docentes analizan los motivos.
El director del colegio Ponce de León, Emilio Zapico, la tutora de segundo de Primaria, Cristina Castro, y la tutora de Infantil de 4 años, Noelia Rodríguez, forman parte de un claustro de profesores que cumple con la estadística, 27 maestras frente a cuatro maestros. Ellos destacan que «para los alumnos el docente es un modelo y fundamentalmente necesitan su cariño y que consigan motivarles», explica Noelia Rodríguez. Los tres docentes coinciden en una cosa: «A los niños el género les da igual» y añaden que, además, los padres tampoco se fijan en el género de los docentes y sólo quieren «que los pequeños vengan contentos al colegio».
«Si hubiera más variedad sería más positivo, porque cada uno es diferente a la hora de enseñar, pero como individuos», explica Cristina Castro. Todos insisten en la necesidad de ser comprensivos y cariñosos, a la vez que rectos, además de motivadores para conseguir que los alumnos consigan el mejor aprendizaje.
A la hora de analizar porqué las mujeres copan el 80% de los puestos docentes entre Infantil y Primaria tienen varias opiniones. Por un lado, «el sentimiento de cuidado, el servicio y la protección a la infancia», un sentimiento que se incrementa sobre todo en la etapa de Infantil «porque además de maestra, también haces un poco de madre», precisa Noelia Rodríguez. «Desde muy pequeña yo me he identificado con la figura del profesor, supongo que para una niña también es más fácil que la niña también se identifique más con las maestras, porque es cierto que hay más», concreta Cristina Castro. Emilio Zapico destaca que en todo el mundo, «la inmensa mayoría de los docentes son maestras» y recuerda, como hacen sus compañeras, que ésta es, sobre todo, una carrera vocacional.
Los tres recuerdan también como ya desde la facultad, el número de alumnas estudiando Educación era mucho mayor y esta proporción aumentaba mucho más cuando se preguntaba en las clases cuántos querían dedicarse realmente a enseñar. «Entonces sólo las chicas levantábamos las mano. Muchos chicos estudian la carrera sólo para conseguir un título», sentencian, antes de regresar a las clases con sus grupos de alumnos.