MERCADO INMOBILIARIO
Las herencias engordan una creciente bolsa de vivienda a la venta en la provincia
Casi 16.000 pisos familiares se han sumado a las nuevas promociones y ofertas desde el pinchazo de la burbuja.
El mercado de la vivienda se recupera en general, aunque con muchos matices en lo particular. La demanda (venta y sobre todo alquiler) se dispara, y con ella los precios, en las grandes capitales y puntos estratégicos de algunas ciudades; pero para la mayor parte de las poblaciones la recuperación del mercado inmobiliario, evidente, es mucho más contenida. Y con características muy específicas, que determinan esta evolución. Es el caso de León, donde aumentan las ventas de pisos; aunque la realidad del escenario inmobiliario apunta muchas aristas que diferencian, cada vez más, los mercados locales de las tendencias de las principales ciudades del país.
En León la compra de viviendas sigue la senda de la recuperación iniciada en 2015, aunque el parque inmobiliario acumulado y heredado sigue engordando un mercado que acapara la mayor parte de las ventas, aunque evidencia también peculiaridades que lastran el precio de las transacciones. La provincia registró el año pasado 3.112 compraventas de viviendas, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que supone un incremento de 313 pisos vendidos sobre el año anterior (un incremento del 11%). El momento más bajo de actividad vendedora del mercado inmobiliario leonés se registró en 2014, con 2.074 viviendas compradas. Muy lejos de las casi 8.000 de 2007, y del boom de los ejercicios anteriores.
En todo caso, la recuperación del mercado inmobiliario local no tiene nada que ver con las alertas sobre nuevas burbujas y alquileres disparados de las ciudades con más demanda de vivienda del país. En parte por su actividad económica y también por los nuevos modelos de alojamiento. Lo que es evidente es la creciente bolsa de inmuebles que proceden de las herencias. Los hijos del baby boom han comenzado a hacerse cargo de los pisos de sus padres, y el fenómeno durará aún un tiempo. Pisos antiguos y con varios herederos, que están conformando una nueva bolsa de vivienda en la provincia difícil de asimilar por un mercado aún tímido. Y cuyas características (antiguos y poco adaptados a las necesidades actuales) condicionan además el repunte de precios global.
Desde 2007, cuando se truncó la burbuja inmobiliaria, hasta ahora, los pisos que los leoneses han recibido a través de herencias son 15.752. Y es una cifra que crece de manera importante. Sólo en 2018 se transmitieron a través de herencias 1.722 viviendas en la provincia, un crecimiento importante sobre los ejercicios anteriores y que va a más.
En lo que a la actividad del mercado inmobiliario se refiere, esta situación supone un incremento del número de viviendas más antiguas que se ponen a la venta, compitiendo con las nuevas promociones que tratan de ponerse en marcha. Se trata de inmuebles bien distintos: los nuevos adaptados a las exigencias de los nuevos hogares, y los antiguos con grandes necesidades de reforma y poco adaptados a los tamaños y distribuciones que exigen los nuevos compradores. Pero mucho más competitivos en precio, porque la mayor parte de los herederos trata sobre todo de deshacerse de ellos.
La propuesta también afecta al mercado del alquiler, según los expertos: los pisos antiguos tienen menos atractivo y algunas carencias, pero el precio sigue siendo determinante.
Por otro lado, esta parte del mercado abre un importante nicho de actividad al negocio de la rehabilitación, que en los últimos años se ha reivindicado como sostén fundamental del sector de la construcción.