La irrupción de Abanca en la fusión de Unicaja pone en jaque el escenario bancario leonés

La irrupción de Abanca en el avanzado proceso de integración que desde hace meses negocian Unicaja Banco y Liberbank no sólo supone una vuelta de tuerca en el que se considera el primer movimiento del nuevo proceso de concentración del escenario financiero nacional, sino que tiene importantes consecuencias especialmente para la provincia de León. Unicaja absorbió a Banco Ceiss, antigua Caja España; mientras Abanca nació del proceso de integración de las cajas de ahorro gallegas (entre ellas Caixa Galicia, que en 1992 compró la Caja Rural de León y se convirtió en la segunda entidad de la provincia, por detrás de la caja local), con una fuerte presencia en el mercado financiero leonés, especialmente en las zonas rurales. Entre las dos suman 127 del total de 383 sucursales bancarias con las que cuenta actualmente la provincia, según el último dato publicado por el Banco de España.

Son las dos entidades con mayor despliegue de oficinas en León, un tercio del total de las existentes. Actualmente Unicaja cuenta con 84 sucursales, después del proceso de reducción llevado a cabo dentro de los planes de rescate y saneamiento de la entidad; mientras que Abanca tiene abiertas 43 oficinas. Son además los dos bancos que tienen mayor implantación en las zonas rurales de la provincia; y una posible unión de ambas implicaría la mayor duplicidad de oficinas que podría darse en las distintas operaciones de concentración del escenario bancario leonés. Lo que, en caso de materializarse la operación, llevaría a un nuevo proceso de ajuste del mercado financiero local (en sucursales y empleo).

Abanca reconoció ayer en un Hecho Relevante enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que ha mantenido conversaciones con los principales accionistas de Liberbank, parar «promover una eventual operación corporativa entre ambas entidades», que se materializaría a través de un pago en acciones de Abanca o en efectivo.

Las negociaciones mantenidas le han llevado a fijar un precio de 0,56 euros por acción de Liberbank, aunque especifica que «hasta la fecha no se ha concluido ni formalizado acuerdo alguno con los principales accionistas».

Por su parte Liberbank (nacida de la unión de CajaAstur, Caja Cantabria y Caja Extremadura) comunicó también a través de la CNMV que la entidad «no ha recibido hasta la fecha ninguna oferta concreta» para llevar a cabo «ninguna operación estratégica distinta» a la comunicada en diciembre del año pasado, en la que «continúa trabajando».

Desde Unicaja Banco se remiten a esta última información enviada por Liberbank, y mantienen la hoja de ruta de las negociaciones iniciadas hace meses. Y que actualmente se encuentran en el proceso de ‘due diligence’ (la auditoría de las dos entidades para asegurar los criterios contables que garanticen la operación), que está muy avanzado.

La operación de Abanca se dirige a los accionistas de Liberbank (los fondos Oceanwood, el empresario mexicano Ernesto Tinajero, la Corporación Masaveu o Norges Bank. Además de las fundaciones de Caja Cantabria y Caja Extremadura.

La entidad que preside el empresario venezolano de origen leonés Juan Carlos Escotet ya intentó hacerse con el control de Liberbank en 2017, aunque entonces el Banco Central Europeo no aprobó la operación. Liberbank ha llevado desde entonces un proceso para sanear su balance y reforzar sus recursos propios, que se ha acentuado en los últimos meses, en los que se ha negociado la operación para integrarse en Unicaja Banco y dar lugar a la que sería la sexta entidad del país.

Si Abanca consigue comprar más del 30% del capital de Liberbank a través de la operación anunciada debería lanzar una oferta pública de adquisición, al precio anunciado de 0,56 euros por acción.

Desde la entidad que preside Escotet se señala, en todo caso, que la operación de compra está sujeta a la realización de una ‘due diligence’.