NUEVA ECONOMÍA FÓRUM
El noroeste se presenta como región frente a la supremacía mediterránea
Galicia, Asturias y Castilla y León piden un reequilibrio territorial y económico en España.
Los presidentes de Galicia, Asturias y Castilla y León ofrecieron en Madrid capacidad de entendimiento para hacer frente al declive del extremo noroeste de España y buscar soluciones de futuro para este territorio. «Esta región que no está hoy dibujada en ninguno de los mapas, pero existe», explicó Javier Fernández, presidente del Principado, para dar introducción a los problemas comunes que lastran las opciones de desarrollo. «De todos, el más grave, es el declive poblacional, que por ser tan profundo no entendemos ni admitimos que no aparezca como prioridad en el orden de las día de las políticas públicas». En ese horizonte emerge el Corredor Atlántico, «como parte de las soluciones y medidas que servirán para reequilibrar un mapa social y económico cada vez más volcado hacia el Levante».
Nueva Economía Fórum puso de manifiesto esta fórmula conjunta de reivindicación que tuvo como hilo conductor la extensión del Corredor Atlántico hacia el noroeste. «No miren tanto a la derecha geográfica del mapa», ironizó el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, para poner en debate las necesidades del área noroeste, un déficit que resulta exagerado si se compara con las dotaciones de las que dispone el área mediterránea del país. El presiente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera señaló el «desequilibrio» en infraestructuras entre el Atlántico y el Mediterráneo cuando el cincuenta por ciento del tráfico de mercancías entre la Península y Europa se realiza a través de la fachada atlántica y cantábrica. Y señaló el documento que sobre el Corredor Atlántico presentó la pasada semana el Ministerio de Fomento por tratarse de un «proyecto de Estado». «Pero el Corredor Atlántico debe ser algo más que unas líneas diseñadas en un mapa y ha apostado porque se convierta en un espacio de integración e influencia de los diferentes territorios».
El presidente de Asturias añadió una lectura positiva sobre la capacidad de consenso de tres autonomías que parten de posiciones políticas distintas y lo ha justificado en que las tres creen que España no puede ser una tensión permanente entre las partes.
Y además, las tres coinciden, ha dicho, en que «ninguna diferencia nos importa si no se convierte en privilegio».
El presidente asturiano ha asegurado que los problemas que amenazan el Estado autonómico no son de índole técnica, sino de naturaleza política.
Fernández ha defendido el reequilibrio del mapa económico y social «cada vez más volcado hacia el Levante» y ha apostado por la relevancia económica y logística del Corredor Atlántico, capaz de garantizarla conexión con los puertos de Vigo, A Coruña, Avilés y Gijón.
Feijóo rechazó las líneas rojas y exigió «teléfonos rojos, que se descuelgan para defender España». «No deberíamos estar nunca fuera de cobertura o con el terminal apagado cuando se trata de defender a nuestro país frente a desafíos que afectan a la esencia de la población española» acentuó. Feijóo también puso en valor el Estado de las autonomías frente a los independentistas «que no sólo son insurrectos ante la Constitución, también ante el propio Estatuto de Cataluña».
A los independentistas «les estorba la autonomía» ha dicho el presidente gallego que también ha asegurado que «nada agradaría más al separatismo que tener en frente un centralismo absoluto que confirmara su falacia de que España no puede albergar la diversidad».
«El noroeste es una tierra de fiar, una tierra que ha permanecido callada durante mucho tiempo, que si quiere crear problemas, sabe hacerlo», reivindicó Feijóo.
Los tres presidentes defendieron el impulso del Corredor Atlántico ferroviario y su conexión con los principales puertos del territorio , Vigo, La Coruña, Avilés y Gijón, una comunicación trasversal entre Portugal y Francia que las conecte y potencie su desarrollo económico.
Se trata de un eje reconocido por la Unión Europea pero que requerirá también inversión nacional para poner al día el entramado ferroviario. Hacen falta 3.100 millones.