POLÍTICA
«Nadie me ha explicado por qué no sigo; estas cosas hay que intuirlas»
LUIS AZNAR / SENADOR DEL PP
En vez de responder sí, utiliza como muletilla el adverbio «probablemente». Luis Aznar (León, 1954), después de cuatro décadas de serlo casi todo en política, se queda fuera. Probablemente.
—Cuarenta y un años después...
—Cómo suena.
—Por eso, ¿ya ha visto que es la hora de jubilarse de la política?
—Sí, sí, sí. Dicho así suena muchísimo pero a mí se me ha pasado volando. Es un buen momento: soy secretario de la mesa del Senado, he tenido una legislatura magnífica de trabajo, de poder participar y es un muy buen momento para dar un paso a un lado y dejar sitio para que otras personas empiecen.
—¿Se ha sentido invitado a dar ese paso?
—Pues, probablemente, no digo que no, pero dentro de la más absoluta normalidad porque en política igual que hay que saber llegar, hay que saber irse. Aun así agradezco mucho que se haya hecho con esta delicadeza.
—¿Cómo han sido las formas? ¿Quién se lo dijo?
—La verdad es que no me han dicho nada, ya ve. Estas cosas hay que intuirlas. A pesar de lo que se ha publicado, yo el viernes pasado ya le había dicho que no seguía a mi presidente regional, que es el único con el que he hablado, además de con Martínez Majo ayer o antes de ayer para ofrecerme a lo que necesite.
—Si ayer o antes de ayer le hubieran dicho que fuera de uno al Senado o al Congreso...
—¿Ayer?
—O el martes.
—No, no, porque el viernes ya se veía que había una serie de nombres sobre la mesa, ya se estaba trabajando en las listas y nadie me había llamado. Por lo tanto, estas cosas hay que intuirlas. Sobre todo tiene que estar uno a gusto consigo mismo para estar a gusto con los demás. En el momento que no tienes claro que seas la personas indicada lo que procede es dar un paso atrás y dejarlo con naturalidad.
—¿Ha pesado su apoyo en su momento a Cospedal?
—Probablemente. Nadie me ha explicado las razones, ni tienen por qué; no estoy pidiéndolas. Yo siempre he ido con la cara alta y la verdad por delante. He apoyado siempre a Rajoy, de lo que me siento muy orgulloso, y a Cospedal, también. Si esto ha influido, bendito sea dios, qué le voy a hacer, es lo que he hecho sin esconderme de nadie.
—¿En este nuevo PP se siente a gusto?
—Hombre, es pronto para decirlo. Yo espero que lo que están haciendo salga bien.
—¿Y lo están haciendo bien?
—Siempre he pensado que las elecciones las gana el centro político. Cualquiera que analice la historia de España verá que es así: las ganó Adolfo Suárez, un Felipe González centrado, un Aznar cuando se centró, Zapatero cuando representó en algún momento ese espacio de centro, Rajoy indudablemente... Ahora hay una apuesta distinta y ojalá que le salga bien a mi partido. No soy quién para juzgar a la nueva dirección, ni muchísimo menos, y hay que darles tiempo para que hagan las cosas con la gente que consideren oportuno. El tiempo lo dirá.
—¿Quizá se ha virado mucho a la derecha por la aparición de Vox y el empuje de Cs?
—El PP tiene que tener personalidad propia, no debe depender de nadie; al contrario, debe ser una referencia para el resto. Debe tener personalidad propia, con los matices de cada momento porque no se puede ser inmovilista y hay que evolucionar. Pero una cosa es la evolución y otra la revolución.
—Implícitamente dice que el PP no tiene personalidad.
—Bueno, yo lo que digo es que debemos tenerla y a lo mejor los nuevos dirigentes están buscando ese espacio, no lo sé.
—¿Se da por amortizado políticamente o espera aún una oportunidad?
—Yo ya pienso en otras cosas. Lo que pueda aportar, porque estoy muy en deuda con el PP y la gente que nos ha votado, no será en primera línea, porque eso se ha terminado, sino desde la retaguardia.
—¿El partido está más o menos monitorizado por Madrid?
—Más más que menos. Probablemente sea así, pero sería injusto que se achacara a la dirección del partido en León. Son las circunstancias. Pero hay bases y un grupo de dirigentes con experiencia que tienen que seguir sacándolo adelante. León necesita volver a tener un PP fuerte a nivel provincial, regional y nacional. Y hay argumentos para ello.
—¿Esperaba un mayor reconocimiento a su trabajo?
—Sinceramente, nunca hay que esperar nada. Lo que tengo que decir con orgullo es que tengo el reconocimiento de mis compañeros hasta un nivel exagerado y también de los contrarios.
—¿Pero le ha parecido una falta de respeto que le ofrecieran el 2 o el 3 al Senado?
—No, no, no. Entiendo que no me han querido faltar al respeto. Para cualquiera tienen que ser un orgullo representar a su partido. Te honran ofreciéndote un puesto. En las circunstancias mías personales, a la vista de lo que hablamos, lo prudente y razonable era dejar paso a otras personas. Agradecido por lo que me han ofrecido pero el momento no era ya este y punto y final.
—Usted, que traspasó el CDS al PP, ¿teme que le pase al PP con Cs o Vox?
-Espero que sea al contrario, que puedan ser Ciudadanos o Vox los que caigan en esas circunstancias. El CDS era un partido pequeño, pero hizo una gran labor y cuando perdimos la virginidad, en el sentido de dar el apoyo a José María Aznar, el grande se come al chico.
—¿A qué se va dedicar ahora?
—Tengo que terminar la biografía del almirante Aznar, último presidente del gobierno de Alfonso XIII y mi antepasado para entregar después del verano y luego seguiré con mis libros. Y mis nietos y el Aleti. Y la ópera.