El Ayuntamiento investiga si el pozo del Seminario cumplía la normativa
Salguero asegura que se depurarán responsabilidades si es necesario, pero llama a la prudencia.
miguel ángel zamora | león
El Ayuntamiento de León ha abierto una investigación para determinar si el pozo del Seminario Menor de la carretera de Asturias, donde un varón de 77 años apareció muerto el pasado jueves, cumple la normativa vigente en materia de seguridad.
El portavoz del equipo de gobierno, Fernando Salguero, explicó ayer en la rueda de prensa posterior a la junta de gobierno del Consistorio que por ahora «es pronto para sacar conclusiones». Además el asunto está en manos de la Brigada de Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía. En cualquier caso, los primeros informes consideran que la muerte no fue ni accidental ni violenta. Lo corrobora el avance de la autopsia.
«En caso de que el pozo no estuviera en las debidas condiciones de seguridad, se tomarán las medidas oportunas», señaló el concejal. Un testigo de los hechos, el pastor junto al que se encontraba el fallecido hasta poco antes de su desaparición, ya manifestó a este periódico que no era la primera vez que su amigo y él paseaban por la zona y que todas las veces que habían pasado por el entorno del pozo, estaba «perfectamente tapado», tesis en la que insistió también a pie de pozo el rector del Seminario Menor. La Policía considera que el lugar estaba «parcialmente tapado» según los primeros datos de la inspección ocular.
SORPRENDENTE
Los hechos ocurrieron en torno a la sobremesa del jueves. Un jubilado del barrio de San Esteban, de 77 años de edad, casado y con dos hijos, salió a pasear por las inmediaciones del Seminario Menor en compañía de un amigo con el que habitualmente recorría la zona.
En un momento dado, los dos separaron sus caminos porque el pastor quería echar un vistazo a sus ovejas. «Cuando volví ya no estaba y al principio pensé que se había ido a algún sitio. Pero me pareció raro, porque estaba todo cerrado y no podía estar muy lejos. Me acerqué al pozo y vi que había dejado allí la cacha y el sombrero que llevaba», explicó a este periódico a pie de pozo el testigo.
Los bomberos tuvieron que emplearse a fondo para poder rescatar el cadáver, debido a la cantidad importante de barro y agua que se había acumulado en el lugar donde cayó el cuerpo, a siete metros de profundidad.
El cuerpo se encontraba en posición horizontal cuando fue rescatado por los efectivos del Cuerpo de Bomberos y a primera vista no se apreciaba ninguna contusión aparente. No obstante, será necesario esperar a los resultados de la autopsia completa, que se remitirán al Juzgado de Instrucción número 5 de León para completar las diligencias correspondientes.
Los investigadores tenían previsto entrevistarse con la familia del fallecido para tratar de encontrar alguna explicación a lo ocurrido y conocer si había sucedido algo anómalo en las horas previas a los hechos.
Una vez realizada la autopsia, el Instituto de Medicina Legal tenía previsto entregar ayer los restos mortales del finado a sus familiares, para proceder al entierro a lo largo de este fin de semana.