Diario de León

«Tenemos riqueza bastante para no hacer la Semana Santa a la sevillana»

Héctor Luis Suárez acentúa en el pregón la defensa de los valores propios de lo leonés.

Héctor Luis Suárez, en un momento de su intervención en el Auditorio. FERNANDO OTERO

Héctor Luis Suárez, en un momento de su intervención en el Auditorio. FERNANDO OTERO

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miguel Ángel Zamora | LEÓN

El musicólogo Héctor Luis Suárez, protagonista central de la quincuagésima edición del pregón de la Semana Santa, lanzó una acentuada defensa de las costumbres y usos leoneses «frente a la corriente sevillana, zamorana o cartagenera, que también son respetables pero no leonesas. Lo de allí está muy bien, pero lo de aquí hay que vivirlo».

Suárez se hizo acompañar para su disertación de una suerte de balcón leonés de Domingo de Ramos y de las tallas de La Piedad de San Salvador del Nido y del Cristo de La Sagrada Cena, de la Hermandad de Santa Marta.

El acto lo abrió Manuel Ángel Fernández, presidente de la Junta Mayor de Semana Santa, que se declaró «seguro» de que el próximo año «el Museo de la Semana Santa será una realidad». Lo cerró el obispo de León, Julián López, que animo a los leoneses a vivir la Semana Santa «en toda su extensión religiosa». Antes, Antonio Silván, alcalde de León, glosó la figura del pregonero, coetáneo y compañero de juegos del regidor.

Suárez destacó la relevancia de la Semana Santa más allá de las fronteras patrias: «Poseemos una particular y magnífica Semana Santa, también a nivel internacional». Algo, entre otros motivos, debido «al modo de hacer a la leonesa plasmado en todo lo vinculado a nuestras expresiones públicas de fe y a sus protagonistas: penitentes, ‘papones de acera’ y público en general».

Cargado de expresiones en llionés, hizo sonar el canto del Dainos como expresión de «un patrimonio inmaterial, sonoro, devocional y popular. Para bien, para mal, para crítica, padecimiento, contrariedad o vivencia entusiasmada, la Semana Santa es un periodo y celebración especial para muchas ciudades como León y sus ciudadanos», señaló.

Recordó en el plano histórico el episodio de Jueves Santo de 1313 con la Reina como protagonista y un episodio «a capa y espada» en la calle Plegaria, o «un cruce de espadas entre comuneros e imperiales ante los disciplinantes en 1521 a las puertas de la Catedral.

COSTUMBRES

Repasó la restauración de las tradiciones leonesas del primer cuarto del siglo XX y la costumbre ya hecha obligación de portar los pasos a hombro. «Sólo en Astorga hay costaleros». Ensalzó a las cofradías «de última hornada». Invitó a que las publicaciones oficiales estén listas «en tiempo y forma para difundir entre los turistas» y conminó a recuperar el Domingo Tortillero, el Voto de Eslonza y el Vexilla Regis. También puso en valor protocolos, oraciones públicas, actos y dramatizaciones paralitúrgicas perdidas «como el rito y Oficio de Tinieblas, ‘El Desenclavo’ o algunos ‘Encuentros’. Y, en especial, propuso retomar el hecho normal de abordar el año como espacio entero y habitual de actuación y pastoral», dijo.

Acompañado por el cuentacuentos Manuel Ferrero, que realizó en el inicio del acto un pregón a la antigua usanza, el pregonero cerró el acto con los toques de ronda de la cofradía de Angustias y Soledad. Fue después de que hubiese de improvisar un final anticipado, a la vista de que después de 50 minutos de intervención, aún le quedase sin pronunciar buena parte de la alocución prevista. «Se me insistió en brevedad y, como el asunto da de sí ‘lo que da de sí’, nada, ya está: Pregón breve. Pero nada se me dijo en lo temporal de lo anexo alrededor del mismo», bromeó desde el escenario.

Las actuaciones musicales del Coro de Niños ‘Ciudad de León’ y la de ‘Camerata Clásica de Ponferrada’ cerraron 140 minutos de acto en el Auditorio de León, bajo la presentación de Beatriz Jarrín.

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