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FINAL DE CURSO

Los 2.569 escolares que comen gratis se quedarán en dos semanas sin comedor

Los alumnos tienen una comida asegurada durante el curso con una beca que sufraga el total del precio del menú.

Alumnos de un colegio de la capital leonesa con sus bandejas del menú escolar. JESÚS F. SALVADORES

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A. Calvo | León
León

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Este curso que el próximo 21 de junio llegará a su fin ha permitido a 2.569 escolares leoneses cuyas familias no tienen ingresos suficientes comer gratis en los comedores escolares. Ahora, con el cierre de las aulas en tan sólo dos semanas este servicio también concluye en la provincia de León, a pesar de que en otras ciudades del resto de España permanecen abiertos para seguir garantizando una buena comida al día a los pequeños. Sus padres deben ahora, como apunta desde la Consejería de Educación y desde el Ayuntamiento de León, acudir al resto de los programas que ya se les ofrecen a en invierno a través de los Ceas, que después derivan hacia las diferentes organizaciones o entidades de ayuda.

El cerca del centenar de comedores escolares que se reparten por los colegios de la provincia han atendido este año a una media de 5.935 estudiantes al día. Además de los 1.866 que acuden a su centro educativo en autobús —que les obliga a desplazarse de su núcleo de residencia para ir a clase y que también tienen el comedor gratis— se suman los 2.569 cuyas familias no ingresan entre todos sus miembros quince mil euros al año. En función de las rentas, también hay estudiantes que tienen una beca para el comedor al 75%, que este curso han sido 273, a los que se sumarían los que tan sólo pagan la mitad por el mismo motivo: 469. El resto de los estudiantes hasta alcanzar los 7.903 alumnos que están inscritos en los comedores escolares en León abonan al completo los 4,67 euros de media que cuesta el menú en la provincia, el segundo más caro de la autonomía tras Salamanca, que tiene un precio medio de 4,84 euros, ya que el coste final lo fija cada una de las concesionarias que se encarga del servicio.

Desde la Consejería de Educación remarcan que el comedor «es un servicio educativo complementario, no asistencial», por lo que se deriva a los ayuntamientos que, a través de los Ceas y del acuerdo marco que mantienen con la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, desde donde se incide que existe un nuevo convenio marco a través del que «se atiende a todas las familias». Desde Educación, indicaron a principios de este curso que el comedor escolar además de ser «un importante instrumento de conciliación de la vida familiar, laboral y escolar», es también un servicio «que favorece la compensación de posibles carencias socioeconómicas y, por ello, es garante de la escolarización en condiciones de igualdad». Además, de que en los comedores se trabajan otros objetivos como la educación en hábitos saludables y concienciación ambiental.

Proyectos de extrema vulnerabilidad, por ejemplo, es uno de los programas con los que cuenta Cruz Roja, además de atención urgente a necesidades básicas, a los que las familias llegan derivadas a través de los 25 Ceas que se reparten por la provincia, entre los que gestionan los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes y los que llevan a cabo su labor a través de la Diputación de León.

La oenegé Educo ha vuelto a lanzar este verano su programa de becas comedor para atender a 284.000 niños menores de 18 años que no pueden permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días, un dato que ha aumentado un 6 % entre 2016 y 2017. «Hay más de 2,5 millones de niños en riesgo de pobreza y exclusión, que no se ven. Detrás de las imágenes de playas llenas hay muchos niños que no se pueden ir de vacaciones y que pasan el verano solos, encerrados en casa. En Educo tratamos de romper ese espacio de soledad y que puedan tener actividades con otros niños», señala a Efe Víctor Ruibal, responsable de la oenegé.