«Hay que volver a cambiar el modelo del casco histórico para que atraiga población»
—Para el casco histórico habla de una nueva regulación de la ocupación de vía pública. ¿Qué quiere decir eso?
—Es una pieza fundamental en nuestra ciudad, no solo por lo que representa y la riqueza patrimonial, histórica y cultural. Padece una degradación muy importante como consecuencia de la pérdida de la población. Durante muchos años se han instalado fundamentalmente tipos de actividades que no favorecen el asentimiento de la población. Eso ha hecho que haya pasado de ser la parte neurálgica de la ciudad, cuando yo era mucho más joven, a una zona que durante el día está abandonada. Eso lleva sobre todo a la pérdida de nuestro comercio de proximidad, que no tiene la posibilidad de permanecer. Proponemos un plan a largo plazo, que tiene que superar no una corporación sino dos, tres incluso cuatro, por lo que tiene que ser un proyecto del máximo consenso entre las formaciones políticas y la ciudad también. Se trata de volver a cambiar el modelo de esta parte. Más allá de todo lo que tiene que ver con su conservación y mantenimiento, que es importante, tenemos que volver a ser capaces de atraer población a este entorno, volver a hacer apetecible que el autónomo quiera emprender algunos tipos de negocios no vinculados al sector de la hostelería o la restauración, donde está la limitación taxativa de la zona Zas que respetaré al máximo. Pensamos en algunas modificaciones de carácter urbanístico para que la ordenanza permita que algunos de esos locales, que se encuentran en total abandono, puedan habilitarse como viviendas tipo loft, para gente joven y no tan joven, pero que podamos dar salida también a esos locales que dan una imagen muy pobre y mejorar el casco histórico.
—¿Qué regulación propone de los pisos turísticos?
—Me remito a la propia ley; lo que hay que hacer es que se cumpla la ley. Establece en el ámbito autonómico cuáles son las características, condiciones y usos que han de tener los pisos turísticos y lo que nos corresponde a nosotros, a lo sumo, es la vigilancia del cumplimiento de esa normativa.