primera divergencia del bloque noroeste
León-Vigo o León-A Coruña, colisión en el eje Atlántico
Empresarios coruñeses buscan implicar a la Fele y a la Fade para lograr una conexión ferroviaria prioritaria de mercancías desde Monforte.
l. urdiales | león
Los empresarios de A Coruña están decididos a revocar el acuerdo sobre la extensión del Corredor Atlántico hacia el oeste, que tiene a la vía ferroviaria León-Vigo como cauce prioritario para el transporte de mercancías. El presidente de la patronal coruñesa pide por carta a la Plataforma Atlántico Noroeste que incluya en sus propuestas un nuevo trazado para este curso: que los convoyes se trasladen desde Monforte a Lugo y a A Coruña.
Es así como la León-Vigo, que figura en el mapa de la ampliación del corredor de mercancías hacia los puertos del Atlántico, se puede convertir en la León-La Coruña, según es intención ya manifiesta y abierta por parte de los empresarios coruñeses, que cuentan en esta acometida con el apoyo expreso de formaciones políticas de referencia en ese territorio; el Bloque Nacionalista Gallego, por ejemplo.
El movimiento de la patronal coruñesa tiene sentido estratégico; la PAN, la Plataforma Atlántico Noroeste, está formada por las federaciones empresariales de las cuatro provincias gallegas, la Federación Asturiana de Empresarios y la Federación Leonesa de Empresarios, además de las cámaras de comercio de todos estos territorios; la confederación empresarial fue determinante para relanzar las expectativas del noroeste para poder engancharse a las perspectivas de futuro que lleva aparejado el negocio logístico, el desarrollo estructural con el apoyo de los fondos de la Unión Europea, imposible sin ese refuerzo financiero, por otra parte, y la proyección social y territorial del extremo norte del país a través del movimiento de mercancías. Implicar a las federaciones empresariales en la reivindicación del cambio del trazado prioritario de los enlaces ferroviarios llamados a recibir fondos de la Unión Europea dentro de dos años (en el periodo 2021-2027) es una palanca imprescindible para hacer realidad el objetivo.
La propuesta de la patronal coruñesa ha abierto ya una brecha en la unanimidad política e institucional que acompañaba en Galicia todos los trámites burocráticos que se han dado para integrar el noroeste español en el Corredor Atlántico. A la Xunta no le gusta la opción; tampoco a otros colectivos consorciados para la promoción de las conexiones como eje del desarrollo.
La alcaldesa coruñesa, Inés Rey, respalda la alternativa de que la ciudad herculina tenga su «y» particular en el mapa que viene del Corredor Atlántico; innecesario que La Coruña depende de un transporte por ferrocarril que se dirija al sur para luego subir al norte. El portavoz del BNG en ese municipio, apuntala el frente común de municipio y empresarios. «Abogamos por la conexión del puerto de La Coruña con la red transeuropea de transporte de mercancías por ferrocarril a través de la conexión Lugo-Monforte-León», dijo Francisco Jorquera, que defendió al tiempo una salida sur para las necesidades del puerto de Vigo, si menospreciar la necesidad de potenciar el puerto coruñés y el puerto de Ferrol. La nueva vía localiza el problema en un olvido histórico del noroeste, fruto de aquella planificación europea de conectar los puertos portugueses con Irún a través de una red por la meseta que dejaba de lado a los puertos gallegos.
El noroeste vive alejado de las prebendas que beneficiaron a otros territorios en la modernización de estructuras ferroviarias y enlaces de comunicación intermodal, al amparo del dinero de la Unión Europea, con mejoras sustanciales para su desarrollo social y económico. Ese discurso agrandó el agravio territorial y la desventaja con la que debe competir este extremo de la península con otros puntos del resto del país. La línea ferroviaria León-Vigo y León-Gijón son dos de las arterias que vienen a quebrar el desequilibrio con el que convive la región.