Diario de León

Óbito

Fallece en el hospital de León Santiago Trancho, uno de los presos más peligrosos de España

El año pasado protagonizó una espectacular huida de Villahierro que se prolongó durante once días

Santiago Trancho tras la detención que tuvo lugar el año pasado

Santiago Trancho tras la detención que tuvo lugar el año pasado

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El preso Santiago Trancho, uno de los más peligrosos de España, falleció ayer en el Hospital de León tras la complicación de una enfermedad. Trancho protagonizó el año pasado una espectacular figa que se prolongó durante once días, y finalizó cuando la Policía Nacional le detuvo en una carbonera del Crucero. Trancho, de 53 años, se ganó a pulso el calificativo por un historial plagado de delitos de asesinato, secuestro de funcionarios, intentos de evasión, desacato, agresión, amenazas y robos. Sus penas suman 138 años de cárcel.

Izquierdo planeó su fuga , que comenzó el 30 de julio del año pasado, aprovechando un permiso judicial de varias horas que le permitía trasladarse del centro penitenciario de Villahierro al Centro de Inserción Social de León (CIS). Una especie de tercer grado tras cumplir un cuarto de su última condena. Sencillamente, desapareció. No llegó a ingresar. Enseguida se activó una orden de búsqueda y una investigación para tratar de localizarle y detenerle. Tras continuas y laboriosas investigaciones por parte de los funcionarios integrantes del operativo de búsqueda, se fue cerrando el círculo sobre el huido, hasta que se le localizó en el Crucero.

El reo Santiago Izquierdo, al que también buscó la Guardia Civil, entró en prisión por primera vez en 1985 poco después de cumplir la mayoría de edad. Tenía 19 años. Estaba acusado de asesinato. A partir de ahí, su vida en las cárceles españolas pisó el acelerador: conflictivo con otros presos, altivo con los funcionarios, chulesco... Dos años después, en septiembre de 1987, mató a otro preso. Era un compañero de módulo. Para hacerlo, obligó a un funcionario a que le abriese la celda de la víctima, según contaba la revista Interviú en un reportaje sobre los condenados más peligrosos del país publicado en agosto de 2007.

En 1991 fue uno de los cabecillas del famoso motín de la cárcel de Herrera de la Mancha (Ciudad Real), donde una veintena de presos secuestraron a varios funcionarios y a la médico de la cárcel para reivindicar mejoras en el trato a la población reclusa.

Instituciones Penitenciarias redujo a nueve la cifra de los presos amotinados, que llevaban armas blancas (pinchos de hierro) y levantaron barricadas con colchones que amenazaron con prender fuego. Izquierdo se especializó en mandar cartas insultantes a los jueces que llevaban sus casos para que éstos le llamasen a declarar y tratar de aprovechar la ocasión para darse a la fuga.

También era un profesional en ocultar cuchilla en cigarrillos, hacer armas blancas y serrar barrotes de las celdas. Usaba pasta de dientes coloreada para disimular los cortes cuando los funcionarios les hacían revisiones. 

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