Educación consolida 130 plazas de maestro y prevé cerrar cuatro unidades este curso

El inicio del curso estará marcado por la consolidación de 130 plazas con maestros funcionarios que han aprobado la oposición. La Consejería de Educación también habilita otros 234 puestos para los interinos, que se encargarán de cubrir las vacantes que se registran en una plantilla de 2.500 profesores de Infantil y Primaria en la provincia, según los datos facilitados por Csif. El presidente del sindicato, Hipólito Riesco, aprecia con esas medidas una «mayor estabilidad laboral, pero una precariedad de las condiciones de los interinos».  

Entre los puestos para ese personal, 83 poseen carácter parcial y 119 exigen asignaturas complementarias con doble o triple perfil, lo que significa que «hemos encontrado casos de maestros itinerantes que deben acudir a tres centros diferentes e impartir dos especialidades, como el asignado a Villablino, Villager y Caboalles», explica.  

También se producen situaciones complicadas para los interinos, como acudir a dos centros educativos media jornada «con la exigencia de dar clase de Educación Física, Bilingüísmo y Educación Infantil, es decir un elevado porcentaje de plazas a media jornada, itinerancias imposibles y exigencias de varios títulos distintos de maestro para dar clase»».

 

Riesco explica que la tendencia actual de la consejería es que los maestros cumplan todas las horas de docencia. «Antes, si tenías tiempo por el medio entre clase y clase, cubrías bajas o realizabas apoyos. Con el nuevo sistema la calidad de la enseñanza no es la misma».  

Por otro lado, la llave de cierre planea sobre cuatro unidades educativas rurales en la provincia por falta de alumnos, según los datos que maneja la Consejería de Educación. Se trata de Canedo y San Juan de la Mata (en Quilós), Orallo (en Villager de Laciana) y Acebes del Páramo (en Bustillo).  

La nueva titular del departamento, Rocío Lucas, está dispuesta a mantener los criterios aplicados por su antecesor, Fernando Rey, garantizando la actividad en aulas donde los matriculados son escasos. La Junta calcula que seguirán activas once aulas con tres alumnos el próximo curso en la autonomía. De ellas, cuatro de León, dos en Ávila, Palencia y Segovia y una en Zamora. Con cuatro alumnos, si no hay cambios, se mantendrán otras 30 unidades: trece en León, seis en Zamora, cuatro en Segovia, tres en Salamanca, dos en Palencia, una en Ávila y otra en Valladolid.  

Tratándose de grupos tan pequeños, ganar o perder una plaza en el último momento puede resultar decisivo para la permanencia. Por eso, los pueblos donde se ubican estas unidades están pendientes de los movimientos que se produzcan esta semana y los primeros días de septiembre, tiempo de descuento para salvar o condenar sus escuelas. «En principio todos están en riesgo», sostiene UGT, al recordar que un cambio de domicilio de una familia puede poner en jaque el futuro de estos minicentros. La Junta no quiere dar por cerrados los datos. Hasta septiembre hay esperanza. A expensas de los últimos cambios, cifra en 17 las unidades que previsiblemente continuarán el próximo curso con tres o cuatro alumnos en León. Las clases que no alcancen los mínimos dejarán de funcionar de forma provisional y si ganan alumnos se volverían a abrir.  

BAILE DE CIFRAS  

El posible baile de cifras mantiene en vilo a la Confederación de Madres y Padres de Centros Rurales de Castilla y León. Creen que hay que seguir haciendo esfuerzos para el mantenimiento de la educación en el medio rural y exigen «sensibilidad» ante las situaciones concretas de los pequeños municipios en esta comunidad «extensa», de despoblación galopante y «orografía complicada». Además de la docencia en primaria, les preocupa el mantenimiento de los tres centros rurales que imparten el primer ciclo de Secundaria: Vega de Espinareda, Toral de los Vados y Riaño. Csif también señala que en el primer trimestre se han jubilado quince maestros.