Itinerario de vías secundarias que supera a enlaces de alta capacidad
La León-Braganza siempre ha vivido en la diana del no de los políticos; no, porque hay otras vías de alta capacidad que convierten en prescindible a esta estructura que se descarta por su carestía; las trabas medioambientales también se ofrecen de excusa para justificar las rotundidad de la negativa. El Gobierno español se inclina sin disimulo por favorecer al corredor del Duero entre todas las opciones que tendría para mejorar las conexiones actuales con el país vecino; pero Portugal insiste con una salida al norte, a su norte, para favorecer el acceso a las vías de alta capacidad del noroeste de la península, el camino más corto para llegar a la fachada cantábrica (desarrollo logístico e intermodal) y para llegar al centro del continente europeo por el itinerario más competitivo.
Hay tres enlaces de alta capacidad contra los que debe competir la León-Braganza por hacerse un hueco. Con el mapa y el cuenta kilómetros en marcha,m se entiende el empeño de Portugal por sacar adelante esa nueva estructura por la que compiten ahora la orensana A Gudiña y la zamorana Sanabria: el itinerario más corto discurre desde Braganza, Rio Honor, Sanabria, Castrocontrigo, La Bañeza, Santa María del Páramo; 386 kilómetros, menos que si se emplea la ruta de Guimaraes, dirección a Verín y a la A-52, hasta Benavente; la otra alternativa en servicio, a través del paso de Vila Real, se completa en 410 kilómetros.
El avance en las conexiones transfronterizas entre España y Portugal más probable se va a impulsar a través de Alcañices, para dar sentido a la inversión de la A-11 por la que pujan con fuerza las provincias castellanas. Portugal, sin embargo, no deja de lado del corredor del norte. A pesar de que el viento de cola de las sinergias institucionales favorece a un corredor que vuelve a dejar de lado al noroeste.