El Tanatorio de León se reinventa

Una reforma integral. Eso es lo que va a experimentar el Tanatorio de León en los próximos meses con el objetivo de prestar un mejor servicio a las familias en una instalación cada vez más vanguardista y funcional. Una transformación que en ningún caso afectará a la actividad dentro de la instalación —el tanatorio seguirá funcionando— y que está previsto que comience a principios de 2020.

«Las obras se realizarán por fases y si los plazos de cumplen, la idea es que todo esté listo para mayo de 2020», señala Agustín Martínez, gerente de Serfunle.

Una inversión cercana a los 700.000 euros que afectará a las diez salas, la zona de oficinas, la recepción y a la sala de encuentro, entre otras.

De hecho parte de esa restauración ya se está acometiendo. Acaban de reformar la rampa principal que da acceso al tanatorio —ahora tiene sistema de suelo radiante de exteriores—, la puerta de acceso y la iluminación exterior. Todo ello en una búsqueda constante por hacer más accesible y biosostenible la instalación.

En lo que al interior del Tanatorio de León se refiere, las nuevas salas velatorio también pasarán a ser más funcionales y confortables para los familiares. Se renovará todo el mobiliario y los usuarios podrán elegir entre tres tipos de salas diferentes en función de las necesidades que tengan. Asimismo, la recepción cambiará de lugar para ofrecer una mejor atención, lo mismo que la zona de oficinas.

La rampa principal de acceso al Tanatorio de León. RAMIRO

Desde siempre, el Tanatorio de León se ha distinguido por sus vanguardistas instalaciones y por integrarse perfectamente en el entorno que lo rodea. Un edificio que ya en su inauguración, a principios del siglo XXI, supuso un antes y un después para la capital. Situado en la zona de Eras de Renueva —a escasos minutos del centro de la ciudad— ha prestado desde entonces servicio a miles de ciudadanos.

A las diez salas de velatorio se une una sala de encuentro, sala de tanatopraxia, con depósito, servicio de floristería, aparcamiento y zonas de jardín. Todo ello en un edificio funcional, vanguardista, pensado para que los familiares del fallecido encuentren intimidad, confort y todas aquellas necesidades que les puedan surgir.

El edificio se integra perfectamente en la zona residencial donde se ubica, ya que se encuentra soterrado como si fuese un gran sepulcro. Estas y otras alegorías a la muerte se pueden encontrar por doquier en el recinto funerario. Al estar enterrado, el edificio consta de una sola fachada. Especial mención merece la cubierta, que refleja el cielo y deja entrar la luz exterior ofreciendo una iluminación más natural.

Materiales como la madera o el hormigón conforman la mayor parte de la estructura del tanatorio generando salas totalmente insonorizadas e independientes unas de otras para que el grado de intimidad sea completo.

Lo que más preocupa a los profesionales que integran la plantilla de Serfunle son las familias. Desde que se produce la defunción, pasando por su estancia en el tanatorio e incluso con un seguimiento posterior, los trabajadores se ponen al servicio de los familiares en todo momento.

La nueva puerta del Tanatorio. RAMIRO