León confía el desarrollo de doce proyectos a la voluntad política del nuevo Gobierno

 

León tiene cuentas pendientes con el gobierno central, que aparecen como mantras en el horizonte de la gestión que se dispone a acometer cada nuevo ejecutivo.

 

El momento crucial al que se enfrenta la provincia leonesa, encajonada por la urgencia social y económica, la pérdida de activos y la falta de perspectiva, encumbra a la plataforma logística de Torneros al frente de la lista de proyectos que esperan un gesto en el primer presupuesto del Gobierno que se conforme según los resultados de las urnas del pasado domingo. Torneros espera entre la torre de papeles sin desenvolver, sin avances desde que el pasado otoño (hace un año ya) el Gobierno central dio señales de interés por revitalizar el proyecto. Pero en este tránsito, se ha perdido la perspectiva política. Eso, a pesar de que ya hay iniciativa privada dispuesta a movilizar negocios en más de 400.000 metros cuadrado de ese recinto rústico de entre vías y autovías, que aspira a convertirse en suelo logístico. Para hacer de León puerta de entrada al noroeste, unido y prendido de un futuro que pasará por la reforma de las conexiones intermodales, que harán del movimiento de transportes por ferrocarril el eje principal del desarrollo; Torneros forma parte de las reivindicaciones sociales de diversos colectivos sociales y elemento indispensable para hacer tangible la propuesta de León como nodo logístico principal, según en plan directos que debe guiar la expansión del Corredor Atlántico hacia las fachadas marítimas de Galicia y Asturias.

 

Un bloque peculiar en los retrasos que acumula la política de infraestructuras en León se aglutina en torno a la renovación de los accesos del tren; en la integración de la ciudad, la estación pasante de León, la recuperación de la salida hacia el norte, el enlace con Asturias por alta velocidad, la ejecución de la segunda vía; Feve, aún en el extrarradio y lejos de volver a circular hasta el centro de la ciudad; a esta relación, se une ya de forma clamorosa la reforma de las vías convencionales para facilitar el paso de mercancías hasta Vigo, con el trecho llamado a cohesionar el territorio entre León, Astorga y Ponferrada. Hace poco más de una semana, el Gobierno dio el primer paso para acabar con una estructura anacrónica, a partir e la licitación del proyecto. En un tránsito algo más avanzado está el uso del CRC, que será parte de la red de control de lata velocidad del Norte, hacia Asturias, y elemental en la carga de trabajo para el control ferroviario de líneas convencionales con Galicia y la raya portuguesa.  

Las autovías a Orense y Valladolid, desde Ponferrada y León, están en la trastienda de los colectivos económicos, que ven su retraso un lastre. Repetido, en el caso del mantenimiento de los peajes en las autopistas a Asturias y León-Astorga, después de que su eliminación figurara en la agenda política de los principales partidos.  

El nuevo Gobierno tiene que afrontar también la reforma integral de San Marcos, pendiente del desarrollo de la segunda fase, confirmada hace escasas fechas por el presidente de Paradores.  

En la lista de asuntos pendientes se suman proyectos inacabado en torno a la política cultural, con el teatro Emperador colgado del olvido desde que se diluyó la opción de centro de músicas históricas.