La economía clama por la estabilidad

Las amenazas al crecimiento económico y la desaceleración que puede transformarse en recesión tienen en vilo a los empresarios, que achacan a la inestabilidad política del país buena parte de la parálisis inversora. En ello coincide el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que anoche reconoció en León que «hoy más que nunca se necesita un entorno institucional estable». Ante los asistentes a la gala en la que el Círculo Empresarial Leonés (CEL) entrega sus distinciones empresariales, el presidente de la Junta insistió en que «España necesita de dirigentes en los que se pueda confiar. De Gobiernos que den certeza y estabilidad a través de sus políticas económicas y empresariales».

Un acto que da por finalizada la conmemoración de los 20 años de vida del CEL, en el que se entregó el Círculo de Oro a José Pedro Luengo, además de las distinciones empresariales. Y que contó con un amplio respaldo político y social, encabezado por Fernández Mañueco y por la delegada del Gobierno en Castilla y León, Mercedes Martín.  

Mañueco, que no quiso responder a las preguntas de los periodistas y se limitó a su discurso de clausura del acto, reconoció que la situación política, económica y social es «preocupante y compleja». Por lo que además de apoyar la necesidad de un ejecutivo central fuerte y estable mostró la clara apuesta del gobierno autonómico por «elementos tan fundamentales como la defensa de la Constitución y la unidad de la nación».  

Definió a su equipo al frente de la Junta como «un gobierno cercano y transformador», y reafirmó su «compromiso con las empresas para ofrecer el marco estable que necesitan».  

Insistió especialmente en el potencial de la economía leonesa a través de sectores como el farmacéutico, la ciberseguridad, el aeronáutico, el agroalimentario, el logístico, o «el del metal, impulsado por el proyecto de Network Steel, tan importante tras el cierre de Vestas, que permitirá la creación de 350 empleos directos y 1.000 indirectos».  

Y lamentó el «cierre apresurado de minas y térmicas, sin tener fijado el camino de las alternativas para dar un futuro a las zonas afectadas por parte del Gobierno central». Lo que cuestiona en su opinión la transición energética justa.  

Fernández Mañueco «recoge el guante lanzado por el CEL» con un modelo de fiscalidad «moderada e inteligente», presidida por la eliminación a partir del 1 de enero del Impuesto de Sucesiones y Donaciones entre padres e hijos (medida que fue ovacionada por los empresarios); además de impulsar la actividad en el medio rural a través de medidas fiscales favorables, y de apoyar a las pymes y micropymes con ayudas especiales. Se refirió también al abaratamiento del suelo industrial para favorecer la llegada de proyectos inversores; e insistió en la necesidad de que las empresas se apliquen en la transformación digital, y comprometió que los medios lleguen «a todos los rincones y personas, porque es imprescindible para apoyar iniciativas que generen riqueza y empleo».