Jaime Lobo, el tesón de la derecha leonesa

Jaime Lobo, político, deja un legado de hitos y referentes que miden su capacidad de trascendencia; notable en el caso de este baluarte del centro derecha leonés, que fue candidato a alcalde, concejal de León y San Andrés, vicepresidente de la Diputación, senador, procurador autonómico, delegado del Gobierno en Castilla la Mancha, subdelegado del Gobierno en Ciudad Real. Su última dedicación de desempeño público fue la delegación de Cultura en León. Ufano en el trato, coloquial, persistente en los objetivos, marcó una época en la política leonesa cuando el bipartidismo dominaba el reparto de los resultados en las urnas y, también, cuando la alternativa al socialismo no pasaba de mirar de lejos la opción de derrocar a Felipe González. «Éramos unos artesanos de la política, lo hacíamos todo nosotros», rememoró aquellos años de actividad requerido por este periódico para dar un contrapunto de la perspectiva que presentaban las nuevas generaciones.

Quinta Peña, Aguiagaray, Manuel Fraga, Jaime Lobo y José María Suárez, en una cita de los representantes de AP en la Diputación de León. ARCHIVO

Cuando le tocó a él, cuando Jaime Lobo interpretó el papel que desempeña la savia nueva en la función pública, lo hizo en la transición, enrolado en una formación llamada Unión del Pueblo Español, luego integrada en Alianza Popular, génesis de lo que más tarde se refundó como Partido Popular. Y hasta el final de su dedicación pública dedicó su vida al partido conservador: fue representante de León en la Cámara Alta, desde donde asistió al cambio político que se produjo en España con el triunfo del PP en las elecciones legislativas de 1996; su desempeño del cargo resultó tan fecundo como proporcional a la dilatada experiencia en ese organismo parlamentario; tuvo tiempo de liderar la comisión para la profesionalización de las Fuerzas Armadas (que cerró el periodo de servicio militar obligatorio), para ser portavoz de la comisión de Trabajo, portavoz de Defensa, vocal en el órgano de relación con el Tribunal de Cuentas; y ponente en el desarrollo del proyectos de ley de régimen de Personal de la Guardia Civil, la ley de Cooperativas, y la ley de consolidación del sistema Nacional de Seguridad Social.

Lobo, junto a Enrique Gil y Suárez, cuando fue candidato a alcalde de León. ARCHIVO

Entre la política local y el Senado (de concejal de Alianza Popular en el Ayuntamiento de León al acta en la Cámara Alta por León) añadió un experiencia como procurador en las Cortes de la autonomía; en la misma legislatura que llevó a la presidencia de la Junta a José María Aznar; en ese periodo, abrió un paréntesis en el currículum de los disidentes, por discrepancias con la propuesta de su partido y de Aznar de promocionar el centralismo de la autonomía a través de la ley de sedes, que terminó por llevar a Valladolid todo el contenido y el continente de la administración autonómica.

Jaime Lobo en campaña electoral en San Andrés del Rabanedo. ARCHIVO

«Están los amigos, los enemigos y los compañeros de partido», resumió de forma gráfica sobre el trance de la vida en la política, que mantiene este cariz tres décadas después. De Lobo queda una herencia de apoyo popular casi imbatible entre el electorado del centro derecha leonés, al que abordaba con campañas minuciosas y detallistas. Y a su capacidad negociadora se le atribuye la existencia de la y copulativa en el nombre de la comunidad autónoma. Ayer, alguno de sus colaboradores más estrechos en aquella época en la que el mensaje electoral y la pugna por el voto se batía puerta a puerta, en lugares en los que ni siquiera aún no había llegado el saneamiento, sobre barro y calles remendadas, recordaron con cariño las largas veladas de campaña electoral en localidades remotas con mítines que se ajustaban al exigente horario de los lugareños. Así se forjó la carrera política de Jaime Lobo, los años de máxima proyección; así llegó a acariciar la horquilla de los 150.000 votos en unas elecciones. El Jaime Lobo jurista se formó en la Universidad de Oviedo, donde se licenció en Derecho, antes de ingresar en el cuerpo superior de funcionarios del Estado. Jaime Lobo (Valladolid, 24 de julio de 1936-León, 25 de noviembre de 2019) deja viuda, cuatro hijos y ocho nietos; la iglesia parroquial del Buen Consejo, de los Padres Agustinos, acoge mañana su funeral (12.30 horas).