El centro sanitario atendió desde 1998 a más de 160.000 pacientes
El centro sanitario atendió a más de 160.000 personas desde que abrió sus puertas en 1998, una buena media, gracias a los conciertos con el Sanidad y a la incorporación de nueva tecnología. Altollano no es la primera clínica leonesa abocada a cerrar sus instalaciones. En 2013 lo hizo Otazu, ahogada económicamente al no recibir pacientes de la sanidad de Castilla y León para operar cuando Sacyl decidió suprimir los conciertos quirúrgicos con las clínicas privadas. La supresión del convenio hizo caer de forma inmediata el 70% de la actividad de Otazu, que pasó de operar a 1.500 pacientes al año a ninguno, lo que supuso un descenso de un millón de euros en sus ingresos, más la pérdida de actividad de las aseguradoras. Veintitrés trabajadores se vieron afectados. El centro poseía capacidad para hospitalizar a 45 pacientes, pero pasó a 20 enfermos de media, ancianos crónicos enviados por el Hospital de León que la consejería de Sanidad pagaba con 76,36 euros por día de estancia. Otazu ya se veía como «víctima de una política sanitaria» y vaticinaba que no serían los únicos. La clínica San Francisco se salvó al ser adquirida por HM, pero Altollano se quedó fuera de los 10,9 millones de financiación para conciertos, que se llevó San Juan de Dios.