Una nueva zona para la ciudad
La urbanización de Feve sigue parada un año después del convenio
La obra, cuyo convenio se firmó hace un año, depende del visto bueno a la modificación del contrato de integración
Con toda la tramitación administrativa resuelta ya desde que el 9 de septiembre el Pleno resolvió la aprobación inicial de la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), la urbanización del sector de la estación de Feve espera ahora que se abra una esclusa interna. Los trabajos para adecuar el entorno de la terminal ferroviaria aguardan a que el inspector del Ministerio de Fomento dé el permiso para la modificación contractual. Ya ha habido una primera actuación favorable, pero todavía queda la autorización definitiva que valide la inclusión de las obras dentro del contrato de integración, finalizado de manera oficial hace dos años y con excedente presupuestario suficiente para cubrir los gastos.
Desde el ministerio justificaron ayer que, «dado que se sigue trabajando en el modificado, a fecha de hoy no ha entrado el proyecto en el marco de Inspección de Fomento», lo que hace que la maquinaria siga parada cuando está a punto de cumplirse un año de la firma del convenio entre el Adif y el Ayuntamiento, que había estado otro año más metido en un cajón a la espera de que se deshiciera la madeja interna.
No hay un plazo concreto para la respuesta del inspector, según se admitió en la reunión celebrada a finales de la pasada semana entre los técnicos del Adif y el Ayuntamiento. En todo caso, no será antes de final de año, sino que se estima que podría estar más cercano a febrero o marzo, después de que desde Fomento se justificara que la inspección tiene más modificados de proyectos pendientes de resolución dentro del territorio nacional.
La acumulación de plazos hace que el Ayuntamiento vaya a tener listos ya para el comienzo de las obras la aprobación definitiva de la modificación puntual del PGOU y el estudio detalle del sector urbano: dos documentos que, como se reflejó en el convenio firmado entre Adif y el consistorio, no eran necesarios de manera excepcional para comenzar la urbanización.
La vía para agilizar el proyecto no será necesaria siquiera si se cumple el pronóstico que emplaza para el primer trimestre del año el juicio del inspector de Fomento. El técnico deberá validar que son correctos los cálculos del ente ferroviario, que en primavera trasladó que cuenta con «una inversión estimada para estas obras de urbanización de 1.159.053 euros». Con cargo a estos fondos se ejecutó la demolición de los edificios de la calle Federico Echevarría, 2 y 4, las antiguas Mantequerías Arias, con una factura de 65.800 euros.
A la espera de que llegue el permiso, los técnicos ya han hecho los trabajos de replanteo. Sobre el suelo ya se pueden ver las marcas hechas con espray para definir los bordes por los que discurrirán las dos nuevas calles: la vía paralela a Renueva, que entroncará con Ramón y Cajal en el espacio que dejó el derribo de la antigua casa de los guardas, y la prolongación de Bilbao para salir a Padre Isla por el hueco que queda entre los andenes y Espacio Vías.
El desarrollo urbanístico creará una zona verde de 2.000 metros cuadrados, además de que dejará ajardinadas las parcelas de los futuros 5 bloques en los que se levantarán 146 viviendas. Los trabajos cuentan con 6 meses de plazo para su ejecución a partir de que el inspector firme el documento. Mientras, el material sobrante de la integración sigue apilado a la intemperie dos años después de que acabara la integración y usado como trampolín de saltos improvisado en una zona que no está recepcionada por el Ayuntamiento sino que se abrió en precario.