La empresa «que predica energías verdes y no tiene responsabilidad»
Vestas vuelve a lograr plano de actualidad en León sin apenas dejar que se apaguen los rescoldos laborales y sociales del conflicto que hizo arder en Villadangos. Hace un año se solventó una parte del problema, con la venta de la compañía, con la intermediación de las administraciones, a la compañía metalúrgica Network Steel, que ahora ha comenzado a explotar, o a poner la bases para hacerlo, la factoría de laminados de acero Coated León; justo, después de aquella efeméride, se abrió un proceso de acuerdo para la liquidación de la fábrica de componentes eólicos, que puso final una huelga de casi medio año y un plan de trabajo para sacar al mercado todo el remanente que acumulaban las instalaciones de la compañía danesa en Villadangos.
Vestas fue un escarnio para instituciones, organizaciones sindicales, partidos políticos; para la sociedad leonesa, en general, que en más de una ocasión se echó a la calle para reivindicar la permanencia de este foco de actividad, sin el que la provincia leonesa se ha quedado un poco más vacía de recursos, más debilitada en un tejido productivo casi inexistente en el sector industrial.
Pero también resultó ser un ejemplo recurrente para sentar la bases legislativas en materia laboral y evitar que se produjera otro fenómeno similar. Por eso se hicieron votos ante las instituciones europeas y el Gobierno de España, con el fin de blindar a los territorios más castigados y periféricos de esta localización. La búsqueda de mecanismos para evitar los conflictos laborales de este tipo centraron los mensajes políticos. Los que se desplegaron para tratar de frenar la salida de Vestas no tuvieron éxito; aunque, ahora que Vestas recupera espacio en los despachos de los organismos públicos en donde se ventila la estrategia energética, retoman actualidad aquellos propósitos de blindar el futuro contra empresas que olvidad sus compromisos con el territorio. «Vestas predica sobre energías verdes y ser una empresa responsable, cuando la realidad es bien distinta, ya que no ha tenido ninguna responsabilidad social con esta tierra». La frase la pronunció Pilar del Olmo, el 25 de septiembre de 2018.