«León rinde honores a sus caídos y nunca los olvidará»
Artillería recuerda los 24 años del atentado al comandante Cortizo
Fue cuando el general Torcal mencionó la pena impuesta por la Audiencia Nacional al asesino, a Sergio Polo. Refirió el comandante de León los 110 años de cárcel que se fijaron por sentencia y entonces Margarita, la viuda del comandante Cortizo, musitó algo ininteligible que su hija Beatriz agradeció con el gesto compungido y colocó el brazo sobre el hombro de la matriarca de la familia. Estuvieron serenas durante todo el acto, pero sólo ahí se rompió el rictus. Y también al final, cuando una ovación sonora y sentida de León despidió el evento que conmemoró que mañana se cumplirán 24 años del atentado con el que ETA segó en Ramón y Cajal la vida de Luciano Cortizo, un comandante de Artillería de 44 años que servía en El Ferral.
Mezcladas entre el público y arropadas por la práctica totalidad de la familia, madre e hija sonrieron ante las muestras de cariño que amigos y compañeros de Cortizo les procuraron en todo momento. Lo hicieron hasta que el general pasó revista a las tropas y cayó en la cuenta de que ninguna de las dos ocupaban el sitio de honor que el protocolo les reservaba. «Por aquí, por favor», les mostró su excelencia. Y las ubicó entre las autoridades y una corona de laurel ornamentada con la bandera de España y la leyenda ‘Base del Conde de Gazola’ hasta donde las hojas verdes alcanzaban a dejar ver entre el rojo y el gualda.
Y allí, a escasos metros de donde aquel viernes un petardazo atronador rompió el cántico de los niños de San Ildefonso, las dos permanecieron firmes, como lo ha sido la vida misma.
DÍA PLOMIZO
Había ayer por la mañana un día plomizo como aquel de hace casi un cuarto de siglo. «La primera regla de la Ley de Derechos y Deberes del militar reza la disposición permanente para defender a España, incluso con la entrega de la vida cuando fuera necesario». El 22 de diciembre de 1995 la banda terrorista acabó con la vida de Cortizo con una bomba lapa que dejó gravemente herida a su hija Beatriz, hoy repuesta en apariencia de las lesiones que le han obligado a pasar por el quirófano para sanar su brazo izquierdo y su cadera, gravemente dañadas por la explosión. Por dentro, va otra procesión. «El asesino de ETA obró con alevosía, premeditación y cobardía. No tuvo en cuenta la trágica perdida, ni el inmenso dolor que iba a causar, próximo a las navidades y en una zona cercana a la salida de colegios», dijo Torcal. En 1995 ETA asesinó a quince personas, ocho de ellas en diciembre. «El miserable asesino de ETA Sergio Polo fue condenado».
Comparativa
«ETA asesinó aquel año a quince personas y ocho perdieron la vida sólo en el mes de diciembre»
«Nunca se olvidará, reza la placa que luce a nuestras espaldas. Luciano fue asesinado por el simple hecho de ser español y de ser militar. Con este sencillo acto queremos demostrar que León rinde honor a sus caídos», cerró su alocución Torcal.
Aquella mañana de diciembre José Antonio Diez estaba fuera de León por motivos de trabajo. Su antecesor en el cargo de alcalde, Antonio Silván, era asesor del Procurador del Común y llegó en apenas diez minutos al lugar del atentado. «La noticia fue muy rápida, un asesinato tan vil me impactó», explicó el actual regidor. «Estamos con todas las víctimas de ETA». Silván llamó a no olvidar a los damnificados: «El homenaje es para todas las víctimas, que no hay que dejar de lado aunque algunos nos pidan pasar página. No puede haber beneficios penitenciarios, tienen que cumplir las penas íntegras».
Faustino Sánchez, subdelegado del Gobierno, calificó de «homenaje de honor» el que se rindió a Luciano Cortizo. «Afortunadamente aquella banda criminal ha dejado de asesinar».
MODUS OPERANDI
Polo se había desplazado desde el País Vasco y durante las semanas anteriores al crimen había estado siguiendo los pasos de su víctima, tanto en el entorno de su domicilio como vigilando discretamente el control de acceso a la base militar. Cortizo había escapado varias veces de la muerte por encontrarse de maniobras, por el puente de la Constitución y porque en ocasiones utilizaba un vehículo distinto para acudir al cuartel.
En una comunicación interna, la jefa de los comandos Soledad Iparragirre, Anboto, le manifestaba a Polo que al «tipo de León», en referencia al comandante, «se le aparecía la virgen» y «no hay manera de pillarle». Anboto, animaba a Polo a actuar: «Si sigues detrás del de León, lo dices para hacer un comunicado majo».
Iparraguirre espera ahora a juicio para determinar su participación en los hechos. Será un cuarto de siglo después. Un año antes de los cinco lustros, León ya rindió homenaje a la víctima.
Era de justicia.