Polémica
Unicaja oculta el destino de parte del legado artístico de España Duero
El banco andaluz impulsa sus museos en Sevilla y Málaga, a donde irán obras que reclaman desde León
Unicaja Banco, la entidad que preside Manuel Azuaga, oculta el destino de buena parte del patrimonio artístico de las antiguas grandes cajas de ahorro de Castilla y León, parte del cual le reclaman ahora desde la Fundación Obra Social (Fundos). Y que, al no haber sido inventariado a tiempo y con exactitud en los distintos procesos de fusiones y reestructuración que dieron lugar a España Duero y su posterior absorción por el banco andaluz (una labor de custodia y control por la que tenía que haber velado también la Junta de Castilla y León), ha pasado a manos de la sociedad que recibió el negocio bancario, que asegura ahora ser propietaria de una parte importante de la enorme herencia que a lo largo de más de un siglo fueron acumulando las cajas locales.
Lo cierto es que sobre buena parte de ese patrimonio artístico (sobre todo pinturas, pero también escultura y otras obras de arte) se ha perdido la pista, hasta el punto de que hoy, cuando han pasado más de ocho años de la segregación de los activos de España Duero y cuatro después de que finalmente se constituyera Fundos, ni siquiera ha sido posible finalizar el inventario del patrimonio de las obras artísticas, que debería haber heredado Fundos y cuya disputa ha dado lugar a una demanda judicial contra Unicaja por presunta apropiación irregular de parte de esa dotación.
Mientras se resuelve el enfrentamiento judicial entre ambas entidades lo cierto es que la fundación no tiene en sus manos muchas de las obras, y denuncia grandes dificultades para identificar el destino del que considera parte de su patrimonio; a la vez que Unicaja centra sus inversiones y esfuerzos culturales y sociales en las grandes sedes de Sevilla y Málaga, mientras no tiene previstas actuaciones en los edificios culturales o exposiciones del patrimonio acumulado en la zona de Castilla y León en la que explota actualmente el negocio bancario. Precisamente en Málaga se pretende que finalmente acaben muchas obras que no sólo son patrimonio de las antiguas cajas leonesas, sino que deben estar bajo el control del Gobierno autonómico, como parte del legado artístico de la Comunidad que no puede ser enajenado.
En la zona histórica de actuación de Caja España Duero las propuestas culturales de Unicaja se limitan a exposiciones como la actual de los guerreros de Xian que organiza con la Fundación Caja Duero, fundada en 2004 y que ha sufrido distintos cambios de estatutos, el último el pasado otoño, en el que limitó sus patronos a las instituciones de Salamanca y tres de Unicaja (que le da un millón de euros en tres años para sus actividades); y en el que «invitó a irse» a los representantes de Fundos, con los que tiene un acuerdo de colaboración.
INVERSIÓN CULTURAL
Ninguna actividad o intervención está previsto realizar con Fundos, ni con los fondos propios o en disputa ni en las distintas sedes para cuyo mantenimiento Unicaja tiene aún pendiente una deuda que supera los 26 millones de euros. En cambio, a lo largo del año que acaba de finalizar Unicaja ha realizado cuantiosas inversiones en la proyección de sus dos grandes centros culturales de Sevilla y Málaga (ciudad en la que tiene su sede el banco que absorbió al leonés).
El Centro Fundación Unicaja Sevilla se ha acondicionado para convertirse en un edificio de referencia para exposiciones y eventos, además de conseguir que la mayor colección de la obra de los hermanos Machado vuelva a Sevilla. Por lo que se refiere al Centro Cultural Fundación Unicaja Málaga, está en el Palacio Episcopal, junto a la catedral, y es una de las grandes joyas arquitectónicas de la ciudad. Gracias a la inversión de Unicaja será uno de los grandes referentes culturales y expositivos no sólo de la propia Málaga, sino de Andalucía. Está previsto que sea una gran muestra de obras tanto propias como compartidas. Entre esas obras «propias» están obras del patrimonio que reclama León como parte del legado artístico de la Comunidad. Y que la entidad que preside Azuaga (también presidente de Cecabank) pretende que formen parte del fondo artístico del centro cultural malagueño.
Una realidad que evidencia que la absorción de la gran entidad bancaria autonómica por Unicaja no sólo se traduce en el cierre sucesivo de sucursales y negocio en Castilla y León, con la consiguiente pérdida de empleo; sino que pasa porque el banco de Azuaga traslade a Andalucía también parte del legado histórico y artístico que atesoraron las cajas locales durante décadas.
Un legado que por otra parte está sujeto a la Ley de Patrimonio de Castilla y León, ya que pertenece a la herencia artística de la Comunidad y ésta debe controlar su ubicación, condiciones de almacenamiento y destino. Y cualquier cambio debe solicitar el permiso de la Junta, sobre todo si la intención es sacarlas de la autonomía. Los bienes inventariados no pueden disgregarse sin autorización de la Junta (aunque si transcurren tres meses desde que se solicita el traslado sin respuesta, se considera autorizado).
MÁS DE 10.000 OBRAS
Fundos reclama judicialmente a Unicaja Banco la devolución de más de 10.000 obras de arte inventariadas como patrimonio artístico de Caja España Duero. Más de 4.000 corresponden al Archivo Histórico de Caja España, otras casi 4.000 del Archivo Histórico de Caja Duero; obras adquiridas con fondos de las obras sociales, además de 621 cuadros 1.842 dibujos y 6 libros ilustrados de la obra pictórica de Zacarías González, entre otras piezas. En lo que se refiere a las obras artísticas, la fundación advierte de la «manifiesta deficiencia técnica» de los listados del proyecto de segregación de 2011, que «adolecen de absoluta falta de rigor y en modo alguno corresponden a la totalidad de la obra artística de la Obra Social de España Duero».
La denuncia acompaña 23 anexos documentales en los que reconoce la complejidad de identificar todas las obras reclamadas, aunque señala que Ceiss tenía un inventario de toda la colección en la que cada obra contaba con un número de catálogo, con fotografías e identificación de las obras. Muchas de estas obras se encontraban en oficinas y edificios de la caja, y están «desaparecidas». Un inventario sobre cuyo seguimiento denuncia «una voluntad expresa de provocar confusión» por parte de Unicaja Banco. Entre el que se encuentran obras de Antonio Saura, Eduardo Arroyo, Monseñor, Vela Zanetti, Antoni Tapies, Eduardo Chillida, Cristóbal Gabarrón,... Y obras como un óleo de San Cristóbal del siglo XVI de la Escuela Flamenca; La Cocotte de Federico de Madrazo; Paisaje de Carlos de Haes; o Paisaje en Gris de Joaquín Sorolla, entre otras muy destacadas y de gran valor.