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El debate de la autonomía para León

"Si dejamos pasar esta oportunidad, estaremos más despoblados y con menos fortaleza política"

"No entiendo que quien mantiene el orgullo rural ceda ante las presiones de Valladolid y Madrid"

Santos es el secretario general de la UPL. MARCIANO PÉREZ

León

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El leonesismo político vuelve a rugir. El debate no ha hecho tanto ruido desde hace un cuarto de siglo. Después de tanto tiempo, Luis Mariano Santos (Cistierna, 1969) defiende que ya es hora.

—Tras 37 años, ¿de verdad cree posible la autonomía leonesa?

—Es una marea que está creciendo y cada vez lo vea más cerca. Ya no podemos esperar más. Si dejamos pasar esta oportunidad, nos encontraremos probablemente con territorios tan despoblados en los que cada vez nos resulte más difícil fortalecernos políticamente para tener esa incidencia en cualquier administración. Cada vez que dejamos pasar tiempo se dificulta más el objetivo porque tenemos menos importancia y somos menos en León, Zamora y Salamanca.

—¿Pero tiene claro que Zamora y Salamanca quieran entrar?

—Nunca presupongo nada. Lo que creo es que a Zamora y Salamanca les ha ido tan mal en estos 37 años que no entendería que no quisieran formar parte. Pero cada pueblo tiene que elegir lo que quiere. Este es un proceso en el que no vamos a cejar ya. Queremos que estén.

—¿Si Zamora y Salamanca dicen que no, se seguirá?

—Ellos son los que tienen que empezar a dar pasos en ese sentido. Creo que hay muchísima gente que ya lo está dando. El sentimiento en Zamora está subiendo de una forma exponencial. En esa labor les vamos a esperar, pero tampoco vamos a obligar a nadie. Está la pelota en su tejado.

—¿Si Zamora y Salamanca dicen que no, eso bloquea la reivindicación?

—No. Queremos estar juntos pero no vamos a frenar. La configuración de Castilla y León no ha traído más que empobrecimiento para León, Zamora y Salamanca.

—¿Cómo piensa convencerlas?

—Fundamentalmente hay que explicarles cuál es el proyecto. Mucha gente en Zamora y Salamanca tiene cierto rechazo porque consideran o creen que puede ser el cambio de políticas centralistas de Valladolid por políticas centralistas de León. Pero lo que proponemos es una comunidad totalmente descentralizada, en la que haya un reparto proporcional de todos los órganos. Hablamos de que no habría capitalidad y sobre todo la descentralización efectiva y proporcional para que todos los territorios se sientan reconocidos en ella; no como ha pasado en ésta. Hay que aprender de los errores.

—¿Qué papel tendría el Bierzo?

—Los primeros ayuntamientos en pedir la autonomía allá por los años 80 fueron del Bierzo. Que nadie se equivoque. El problema es que el Bierzo ha sido incentivado a través de la Junta para hacer una especie de freno contra el leonesismo. En algunos sitios ha prendido. El Bierzo será lo que quiera ser el Bierzo. Siempre hemos dicho que jamás tendrá más autogobierno, ni más competencias para tomar decisiones, que dentro de una autonomía de la Región Leonesa. Ahora saben que sólo tienen un consejo comarcal casi sin competencias efectivas que sólo está sirviendo para que el presidente de turno tenga su cacho de gloria. Ellos van a ser una parte muy importante. Formarán parte sin ninguna duda.

—En la ecuación le faltan los partidos mayoritarios, que han impuesto el bloqueo.

—Me parece muy triste e incongruente. El PP habla de respeto a la Constitución y luego plantea que sus propios concejales le den la espalda en cuanto a las regiones históricas. El PSOE, que es capaz de negociar con todo el mundo, después dice a sus concejales que no negocien con quien respeta el ordenamiento jurídico. En el caso de Cs hace tiempo que ha perdido el norte; hasta que lo recupere lo va a pasar mal. No saben si matan o espantan. Hay numerosas encuestas que reflejan que, independientemente de a quién votan los ciudadanos, de una forma transversal apoyan la comunidad de la Región Leonesa. Cuanto antes lleguen a la conclusión de que es mucho más importante respetar lo que la gente piensa que lo que el establishment del partido decida, antes entenderán que alejarse de los ciudadanos les hace perder el norte.

—¿Qué les dice a los concejales que quedan por votar?

—Me preocupa mucho. Puedo entender que alguien vote en conciencia y vote no; lo respeto. Sé que el sentido mayoritario es que sí. Lo que no puedo entender es que quien mantiene el orgullo rural, quien es la primera fila para afrontar los problemas, ceda ante las presiones que les imponen desde Madrid y Valladolid. Les pido que sean valientes. Si consideran, como creo que piensa la mayoría, que lo importante es romper el marco territorial y configurar nuestra comunidad, que lo hagan, que no tengan miedo. Vamos a ayudarles. No habrá ni un solo concejal en ningún ayuntamiento que votando a favor se sienta solo; la UPL va a estar con él y la sociedad también.

—¿Se ve comprometida la gobernabilidad de la Diputación por la postura del aparto del PSOE?

—La gobernabilidad tiene que responder a criterios prácticos. Tenemos firmado un pacto de gobierno en base a una serie de proyectos. Si esos proyectos se cumplen, lo lógico es que lo respetes. También digo, y no hablo sólo de la Diputación sino de ayuntamientos como San Andrés y alguno más, que no es fácil negar que pueda tener su influencia en la marcha normal. Aunque sólo sea porque entre socios sus decisiones no son entendibles. Puedo entender que haya alguien que no esté de acuerdo con el posicionamiento, pero no que por mandato autonómico tengan que tomar una decisión. Eso sí que puede dificultar el entendimiento.

—¿Romperán si votan que no?

—Las cosas hay que plantearlas según vayan llegando. No es una cosa que esté en nuestra hoja de ruta. Sí está intentar convencer al PSOE de Diputación o de San Andrés de que es importante para León que ellos no obstaculicen ese proceso. Si los proyectos se cumplen no tienen por qué romperse, pero repito que no ayuda absolutamente nada la postura del PSOE en estos momentos.

—¿Eso es lo que quiere decir Llorente con el tempero?

—Entiendo que sí. Es evidente que buscamos que cambie la cerrazón del PSOE y es necesario buscar el tiempo propicio a través del apoyo de los ayuntamientos. No tengo ninguna duda de que es la intención de Llorente porque lo hemos hablado y su posición es acorde con la UPL.

—¿Cuál es el camino?

—Tenemos muy claros cuáles son los pasos que hay que dar. Lo fundamental, que no entienden PP y PSOE, es que con estas mociones le estamos preguntando al ciudadano qué piensa, a través de sus representantes legítimos, ya que no podemos hacerlo de otra manera. Cuando esos ayuntamientos, esperemos que de forma libre, puedan expresarse y nos digan qué quieren este será un proceso imparable.

—Pero si esa vía ya se ve condicionada por las directrices de partido, ¿se plantean un referéndum?

—No tenemos capacidad. Un referéndum que no sea legal no lo vamos a hacer. Estamos intentando que los diferentes partidos dejen de presionar a sus concejales. Si al final se impone la coacción de los partidos, estableceremos una línea de partida diferente. En principio, lo que queremos es escucharles. El problema es que no se ha escuchado a los ciudadanos, sin coacciones. Aunque ya están tergiversando el proceso desde el PP y el PSOE, no les está saliendo todo lo bien que quieren. Les está saliendo bien en ayuntamientos en los que tienen más miedo a perder determinadas prebendas. En los pequeños se está viendo que es difícil coaccionarles porque se parten la cara día a día, mientras desde sus despachos de Valladolid y Madrid toman decisiones que no les representan.

—El PP defiende la trayectoria de la comunidad como un éxito.

—Será para los que se mueven en coches oficiales, como el consejero de Fomento, Juan Carlos Suárez Quiñones, o Mañueco. Igual para ellos está siendo una historia de éxito, pero para los miles y miles de leoneses, zamoranos o salmantinos que han tenido que marcharse desde luego se puede hablar de la historia más terrible. Mientras, otros, como el consejero, viven mucho mejor.